'Amo esta profesión porque sigue siendo un misterio para mí', Anthony Hopkins

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'Amo esta profesión porque sigue siendo un misterio para mí', Anthony Hopkins

Hopkins en el filme de 2010 'El hombre lobo'. / Fotos: Especial.
El actor inglés, con incontables galardones en su haber, habla sobre su película 'The Father' y el reconocimiento que recibió en el Festival Internacional de Cine de Toronto

Acostumbrado a los premios, Anthony Hopkins necesita un lugar especial en su casa para guardar los diferentes trofeos del Oscar o el Emmy, además las nuevas nominaciones del Sindicato de Actores SAG o el Globo de Oro. Pero el premio Tribute Actor Award del Festival Internacional de Cine de Toronto fue mucho más especial, porque él se lo dedicó a los trabajadores esenciales del mundo entero, en una ceremonia que por la pandemia se realizó por videoconferencia. Y con el mismo formato virtual, habló sobre la nueva producción de cine ‘The Father’ donde él mismo confiesa el asombro de estar trabajando todavía, con sus ‘jóvenes’ 82 años.

 

¿En qué lugar del mundo se encuentra detrás de la videoconferencia?

"En Los Angeles, entre el humo y el smog de Pacific Palisades".

 

¿Le hubiera gustado recibir personalmente el premio Tribute Actor Award en el Festival de Toronto, con Kate Winslet?    

"Con Kate Winslet, nos habíamos conocido en otra entrega de premios, del Golden Globes, hace muchos años, en esas enormes mesas redondas. Y yo había estado antes en el Festival de Cine de Toronto, cuatro o cinco veces".

 

¿Qué es lo que más le gusta de un festival de cine como el de Toronto?

"Es un lugar perfecto para conocer gente. Con Woody Allen, por ejemplo, presentamos ‘You Will Meet a Tall Dark Stranger’. Pero lo bueno del Festival Internacional de Cine de Toronto es la intimidad que logra, como haber podido sentarme en una sala de cine al lado de alguien como Danny DeVito que nunca antes había conocido. Es un lugar crucial para reunir gente como nosotros, aunque seamos totalmente extraños en la vida real, de repente nos encontramos para un hola o un adiós, esperando volver a verlos otro día, aunque nunca más nos volvamos a ver después (Risas)".

Anthony Hopkins en Fracture, de 2007.

¿Y después de haber recibido tantos premios en su carrera, qué significa para Anthony Hopkins, la actuación, hoy?

"Amo la actuación. Amo esta profesión porque sigue siendo un misterio para mí. Tiendo a pensar tantas respuestas y nunca puedo definir lo que significa realmente. Es la pura verdad. Disfruto la experiencia. Pero yo también pienso que actuar solo se trata de saber bien la letra, sin analizar nada demasiado, simplemente disfrutar el proceso. Y yo lo disfruto. Eso es todo. Sé muy bien que he tenido una vida muy afortunada, como actor. Fijate el rodaje de ‘The Father’, es una película muy intensa, profunda, perturbadora, demandante y sin embargo, durante el rodaje todos se veían calmados, libres, siempre con un ‘Buen Día’, ofreciendo media taza de té en el desayuno, preguntando siempre si yo estaba bien, hasta que alguien gritaba “OK, stand by” para encender la magia del cine".

 

- ¿Es cierto que más allá de la actuación usted es un pianista virtuoso que le encanta tocar música clásica de Rachmaninoff?

- Todos los días, sí, por lo menos cinco días de la semana. Le dedico cinco o cuatro horas, a veces. Amo tocar Rachmaninoff, una música suficientemente poderosa como para hacer que el virus desaparezca. Bueno, al menos permite que mi cerebro se mantenga activo. El piano siempre fue el lado más maravilloso de mi vida. Y con la pandemia descubrí que puedo hacer muchas cosas  en medio de una cuarentena, como pintar, leer y tocar el piano por la mañana.

 

Con las raíces británicas de haber nacido en Gales el ultimo día del año 1937 (a las 9.15 de la mañana, para ser más precisos), Anthony ‘Tony’ Hopkins había sido criado como un único hijo en la panadería del padre Arthur Hopkins, aunque el cine y la admiración por el galés Richard Burton lo llevaron a estudiar teatro en el College of Music and Drama. En 1965 incluso se mudó a Londres, invitado por Laurence Olivier, para sumarse al Teatro Nacional Británico. La televisión fue el siguiente paso, con ‘A Flea in Her Ear’.  Y en cine incluso apareció en ‘A Bridge Too Far’ al lado de otros grandes de la época como Gene Hackman, Sean Connery y Michael Caine. Muy pocos lo saben pero en la versión restaurada de ‘Spartaco’ de 1991 agregaron una escena de Laurence Olivier donde Anthony Hopkins es el que realmente habla porque Olivier ya había fallecido para recrear el sonido necesario. El reconocimiento del Oscar llegó en 1992 con el clásico personaje de Hannibal Lecter en ‘Silence of the Lambs’ (justo el día aniversario de la muerte del padre), para recibir otras cuatro nominaciones por las inolvidables ‘The Remains of the Day’ (1994), ‘Nixon’ (1996), ‘Amistad’ (1998) y ‘The Two Popes’ (2020). En el medio, había rechazado el personaje de Alfred de ‘Batman Begins’ que terminó aceptando Michael Caine, además de haber sido considerado para ser el villano Freeze antes de Arnold Schwarzenegger en ‘Batman & Robin’.

Dentro de Gran Bretaña, Sir Anthony Hopkins cuenta con el título noble de Caballero de la Orden del Imperio Británico y en la ficción es el único actor que marcó todo un record en la historia del cine, al haber interpretado al Rey de Inglaterra (Richard I, the Lionheart), el Primer Ministro de Inglaterra (David Lloyd George), dos presidentes de Estados Unidos (John Quincy Adams y Richard Nixon), además de los extremos del Premier de Israel (Yitzhak Rabin), un dictador nazi (Adolf Hitler) y el Papa (Benedict XVI). Será por eso que se destaca tan bien en el humano rol de ‘El Padre’.

El actor ganó el Globo de Oro en 2006.

¿Al recibir el premio Tribute Actor dijo que se asombraba al darse cuenta que todavía sigue trabajando como actor a los 82 años?

"Como te decía antes, soy una persona muy afortunada. En los últimos cinco años filmé tres o cuatro producciones de bajo presupuesto pero muy buenas. Todavía me acuerdo la primera que estrené en el Festival de Cine de Toronto, con Alec Baldwin, ‘The Edge’, una producción de bajo presupuesto que habíamos filmado en Canada. Es mi estilo favorito de cine, las películas más íntimas, como ‘The Father’ con una gran actriz como Olivia Coleman, con un guion compacto pero muy poderos. No puedo decir que fue un trabajo duro, porque un buen guion hace todo mucho más fácil".

 

¿Conserva todavía la misma pasión de siempre?

"Estoy en esa edad donde siento la melancolía. Lo entiendo. Pero la gran diferencia con un rodaje como ‘The Father’ fue el maravilloso elenco de actores y el pequeño estudio al Norte de Londres, con tremendas tardes de luz del sol y las calles suburbanas donde podías escuchar si pasaba algún auto (Risas). Yo estoy en una edad donde también tengo mis miedos, pero todavía me siento fuerte. Y fue fácil representar un personaje como este padre, porque mi cerebro es lo suficientemente viejo como para entender mejor que a mis 80 años, el cerebro madura y la mente también gana mucha más sabiduría. No sé si puedo describirlo mejor, pero todo fue muy fácil, desde levantarme a la mañana para ir al estudio de cine, a en pequeño escenario extraordinario donde la verdad, no necesité actuar".

 

¿No necesita actuar o la experiencia hace que todo ya le parezca más fácil?

"Solo necesitaba levantarme para ir a trabajar. El diálogo aparecía solo. Hubo momentos en que pude haber dicho más de lo que necesitaba, pero pase lo que pase siempre tengo que aprender el guion, aunque llega un punto donde es imposible acordarse de todo".  

 

Basada en la obra de teatro francesa ‘Le Père’, la película ‘The Father’ o ‘El Padre’ ya había estrenado antes de la pandemia en el Festival de Sundance, cuando no pudo seguir con el estreno mundial por el cierre de las salas de cine. Pero con el respaldo de los estudios Sony y Lionsgate promete competir en la próxima entrega del Oscar, con el paso por otros festivales de cine como el Zurich Film Festival, San Sebastián y el especial TIFF de Toronto donde incluso ya fue premiada por el público como la Mejor Película. Y en una historia que muchos pueden llegar a identificarse con sus propios padres, Anthony Hopkins interpreta al hombre que rechaza cualquier tipo de ayuda de su hija, con la llegada de la vejez, mientras él trata de encontrarle sentido a su cambio de circunstancias, dudando en el camino sobre su seres queridos, su propia mente y hasta la fabricación de su propia realidad.

Hopkins al recoger su Oscar en 1992.

 ¿Qué es lo primero que busca en un personaje, hoy, para representarlo mejor?

"Con ‘The Father’ lo importante fue el guion. Muy pocas veces se encuentra ese estilo de magia donde el guion te captura por completo. Y por ahí pasó la pasión de filmar esta historia. La primera parte de la película, es una historia que afecta a todos, por esta persona que está muriendo de demencia. Está fuera de sí, pero la gente que lo rodea es la que se quiebra por tanta frustración, se siente como se les quiebra el corazón por tanta falta de esperanza, sin saber como se puede ayudar". 

 

¿Una buena actuación también ayuda al tener en frente buenos actores como Olivia Colman que ganó el premio Mejor Actriz en el festival de Zurich?

"Y sí, trabajar con actores brillantes no siempre es tan fácil. No soy de practicar deportes, pero supongo que es como jugar buen tenis, trabajar con alguien como Olivai Colman. Y cuando trabajas con gente tan brillante se consiguen momentos muy intensos, con mucho amor, donde la improvisación también fue muy divertida". 

 

¿A la hora de trabajar con alguien que debuta como director, como Florian Zeller en ‘The Father’, también le abre la puerta para exigir sus propios cambios, como si realmente usted fuera ‘El Padre’ verdadero de la película?

"Solo puedo decir que me sorprendió saber que Florian Zeller estaba dirigiendo por primera vez, porque hizo que todo pareciera muy simple. Apenas si venía, pedía que hiciéramos esto o lo otro. Y yo apenas pedí permiso para cambiar alguna palabra que no a lo mejor no me psrecka lo suficiente preciso para el inglés, porque el texto original estaba en francés. Y pedí permiso para cambiarlo. Pero no soy de cambiar nada, porque tampoco quiero arruinar nada, como los que quieren usar un hacha para re-escribirlo todo. Prefiero dedicarme exclusivamente a mi trabajo de actor".