Andrés Manuel López Obrador no le dio al INE la partida presupuestal suficiente para que la consulta para enjuiciar expresidentes, fuera del tamaño de una elección y terminó siendo como de una tercera parte.

Además, anunció que estaba en contra de enjuiciar a los expresidentes, que era la intención inicial del ejercicio. Y no acudió a votar.

De acuerdo con la columna publicada por Vanguardia, por Carlos Loret de Mola, la consulta mostró la debilidad de los operadores de AMLO: sus propagandistas, activistas, intelectuales, periodistas y dirigentes partidistas.

Añade que si se piensa que solo 6 de los 93 millones de electores respaldan a AMLO, se equivocan gravemente.

Dicha consulta que fue concebida desde antes de que AMLO tomara posesión como una pregunta sobre si debía juzgar laos expresidentes, sin delitos concretos y más bien con acusaciones morles, no se podía realizar en un marco constitucional democrático.

Por lo cual, la Suprema Corte modificó la pregunta para convertirla en un galimatías insulso que poco tuvo que ver con enjuiciar a los expresidentes.