No tengo la menor duda de que Andrés Manuel López Obrador NO va a ganar. Anaya, Meade o Margarita pueden encontrar la forma de ganar la elección. Por las buenas o por las malas, con una alianza de facto, con el voto útil anti-AMLO como forma desesperada de evitar que su “peligro para México” finalmente llegue al poder. Sin embargo, es hoy muy probable que AMLO se convierta en presidente sin haber realmente ganado.

¿Cómo puede alguien ser electo, pero no haber ganado? Bueno, es que estoy convencido de que AMLO no es líder en las encuestas hoy o ganará el 1 de julio por ser un gran estadista, un súper candidato o por sus propuestas. Es líder en encuestas y puede ser electo porque los otros se han encargado sistemáticamente de autosabotear sus posibilidades de ganarle. Ellos serán los que perdieron, y, por consiguiente, le habrán dado la victoria a un candidato eterno, opaco, desgastado y que por años ha sido mal encarado, agresivo y hasta rencoroso (cierto, parece que se le ha quitado un poco). Si Anaya, Meade y Margarita (ok, también “El Bronco” y los que nos agreguen) pierden, el presidente electo con el que despertaremos el 2 de julio sería un personaje cuya principal cualidad parece ser la persistencia. Nada espectacular. No parecemos estar eligiendo al Churchill mexicano que necesitamos (espero equivocarme). No es justo tener que estar adivinando si es pronegocios o no, si es antiamericano, si va a cancelar grandes obras, si va a echar todas las reformas para atrás, si va a negociar con los narcos, si va a perdonar a los corruptos. Y miren que en mis círculos de amigos y conocidos soy yo normalmente al que “tachan” de “Peje” fan.

¿Cómo llegamos hasta aquí? Hace unos días platicaba con amigos sobre algunos rankings o clasificaciones de países en distintos rubros; listas de fuentes relativamente serias. Yo compartí un par de listas donde México no aparecía bien clasificado. Una lista de “Impacto del Crimen Organizado” del Foro Económico Mundial en la que México aparece en el lugar 4, solamente mejor que El Salvador, Honduras y Venezuela; a casi 50 lugares de Rusia o India y más de 60 de Turquía. También les compartí una lista que colocaba a los países con base en la percepción (con encuestas de Ipsos) del porcentaje de ciudadanos que consideraban que su país iba en la dirección correcta. México aparecía en el último lugar de 16 países mostrados con un 11 por ciento, Brasil con 12 por ciento en lugar 15 y todos debajo de China, Arabia Saudita, Corea del Sur e India que tenían 94, 67, 66 y 65 por ciento, respectivamente. Uno de mis buenos amigos respondió con otra lista donde el mismo medio mostraba a los países listados en orden de su nivel de empleo. México ocupaba el primer lugar con un 96.8 por ciento, muy por encima de Alemania (76 por ciento), Suecia (68 por ciento), Polonia (66 por ciento) o Canadá (62 por ciento). Desgraciadamente, la fuente del 96.8 por ciento era el Inegi con una definición de “empleo” bastante dudosa comparada a estándares mundiales. El 96.8 por ciento estaba “truqueado”.

Se vuelve común encontrar estas listas y datos que ponen a México, pero sobre todo a sus últimos gobiernos, en evidencia. Violencia, inseguridad, salarios, PIB per cápita, corrupción, impunidad, infraestructura, entre otros. ¿Va AMLO a arreglar esto? No sé. Pero sí sé que estamos donde estamos porque el PRI y el PAN pudieron y debieron, pero NO quisieron.

@josedenigris

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