AMLO coquetea con los militares

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AMLO coquetea con los militares

En la base militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ubicada en Lomas de Tecamachalco, al norte de la ciudad de México, hay un restaurante al que acuden casi exclusivamente hombres y mujeres en uniforme y de alto rango. El sitio tiene una fama singular, acaso única en el país: es inexpugnable para mirones y espías, incluso del gobierno. No son pocas las historias de agentes del Cisen mal camuflados que han sido expulsados del área bajo procedimientos expeditos. 

En estas semanas, cuando se avizora ya el final de del sexenio, ese espacio bulle de versiones y especulaciones futuristas sobre quién será el próximo general secretario, que supla a Salvador Cienfuegos. Y las mismas suertes se cruzan en torno al relevo del almirante Vidal Soberón, actual secretario de la Marina.

Se trata de un ejercicio propio de la época, pero que ya en el pasado cambio sexenal, a la llegada de la administración Peña Nieto, acusó algunos jaloneos y golpes internos. Ahora, con la perspectiva de que Andrés Manuel López Obrador pueda ganar la Presidencia, las especulaciones están siendo aún más prematuras e intensas.

El telón de fondo no puede ser más áspero. El general Cienfuegos Cepeda ha hecho saber por los conductos pertinentes, que puede sufrir baja fulminante del servicio cualquier alto mando que incurra en cabildeos o negociaciones con los candidatos a ocupar Los Pinos. Esta señal, nos dicen, parece ser más enfática cuando se habla del abanderado de la coalición Morena-PT-PES

De acuerdo con versiones confirmadas a este espacio por colaboradores cercanos al político tabasqueño y hasta ahora puntero en las encuestas electorales, desde hace semanas se vienen repitiendo mensajes de éste hacia el interior del estamento militar, con varias implicaciones.


 La central de ellas, que pretende una transición tradicional y sin sobresaltos en las Fuerzas Armadas. 

López Obrador ha hecho llegar a los personajes clave de este historia el compromiso de elegir a los nuevos titulares de la Defensa y de la Marina entre una terna que los actuales secretarios a cargo le presenten una vez confirmado un eventual triunfo en la urnas. Y ha ofrecido otras promesas. 

La usanza observada desde hace décadas es que la élite militar, particularmente en el Ejército, construya una especie de consenso con la participación del titular en funciones y de sus antecesores, especialmente los de mayor trayectoria. Ello orienta ajustes internos y paulatinos en la Sedena, sea con la asignación de puestos clave, sea con responsabilidades extraordinarias. 

En la misma tradición figura que no siempre el favorito o “delfín” del general secretario en turno resulte avalado por el nuevo Presidente para protagonizar el relevo. El proceso toma en cuenta la edad y antigüedad de los prospectos, pues la regla dispone que pasen a retiro tras 45 años de labores o 65 años de edad. Pero ya ha habido casos en los que alguno es reintegrado de su jubilación para asumir el cargo de general secretario. 

En la actual plana mayor del Ejército (no más de media docena de altos militares) hay ya cuatro aspirantes a la vista. Es muy probable, entonces, que de entre ellos salga el nuevo titular, gane quien gane la elección. En orden de su peso actual, se trata de los generales Gil Roble Arturo Granados, subsecretario del ramo; Emilio Zárate Landero, oficial mayor; Felipe Gurrola Ramírez, inspector y contralor, y Alejandro Saavedra Hernández, jefe del Estado Mayor. Las fuentes consultadas indicaron que de ellos, los más cercanos al general Cienfuegos son sin duda los generales Granados (el más veterano), y Gurrola Ramírez, uno de los más jóvenes. 

Por lo que se refiere a la Marina, la lista de relevos parece reducirse por ahora a uno solo: el almirante José Luis Vergara Ibarra, preferido del actual titular, cabeza en dos ocasiones exitosas de los operativos para capturar al Chapo Guzmán gracias, entre otras virtudes, a su privilegiado acceso con agencias de seguridad de Estados Unidos. 

López Obrador ha pedido a sus colaboradores subrayar en todo trato y comentario un riguroso respeto a la institucionalidad de las Fuerzas Armadas, y ha externado que de ganar los comicios, anunciará en las semanas posteriores un gabinete de seguridad que empezaría a construir de inmediato las estrategias del caso. Se trata esta de una historia en construcción. 

APUNTES: Acuso recibo de carta personal del señor Enrique Ochoa, exdirector de la CFE y personaje central de la pasada entrega de esta columna. Un par de temas los desahogué en la respuesta a la carta aclaratoria de la propia CFE que aparece en esta edición. Pero es pertinente citar que el señor Ochoa refiere en su misiva haber aclarado que nunca acudió a Cancún a invitación de OHL; reitera que donó la indemnización recibida tras su salida de la institución. Y defiende ampliamente a sus colaboradores y a su gestión. 


rockroberto@gmail.com