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Amigos de ayer; amigos de hoy.

A mi edad —me acerco ya a los 80 años— eso de hacer nuevos amigos se antoja cosa muy difícil. Las amistades antiguas gozan de prestigio —merecidísimo, por cierto—, y se invoca la conocida frase: “Vieja leña qué quemar; viejo vino qué beber; viejos libros qué leer; viejos amigos para recordar”.

Sin embargo, yo suelo hacer muchos amigos nuevos. En cada viaje a que me lleva mi feliz oficio de juglar hallo a alguien con quien establezco de inmediato esa misteriosa relación de dos que sin haberse conocido nunca sienten que se conocen desde siempre. Amistad a primera vista, pues.

Digo esto porque el pasado jueves hice un amigo nuevo, y para mayor satisfacción aquí mismo, en mi ciudad. Sucede que ese día apareció en los medios locales una información según la cual un regidor panista, Luis Fernando Aguirre, estaba buscando destituirme como Cronista de la Ciudad. No habían dado aún las 10 de la mañana cuando sonó mi celular. Quien llamaba era él. Me dijo que quería aclararme algunos aspectos de esa información. Acordamos reunirnos ese mismo día, lo cual hicimos.

El joven regidor me causó una magnífica impresión. Me hizo recordar a mis amigos de los tiempos en que militar en Acción Nacional era un apostolado: Bibiano Berlanga Castro, Augusto César Cárdenas, Sergio Recio Flores, Jesús Sánchez de la Peña, mi primo Álvaro Aguirre… Vi en Luis Fernando las mismas cualidades que ellos tenían: honestidad, buena fe, sincera voluntad de hacer el bien a su comunidad. Amable, educado, buen conversador, tuvo para mí deferencias que le agradezco. Me manifestó que hay cinco cosas de Saltillo de las cuales se siente orgulloso: su gente, su Catedral, su sarape, su pan de pulque y oír mencionar a Catón en todas las ciudades a las que va. Me dijo que su declaración no tuvo aquel sentido, y me ofreció enviar a los medios una comunicación aclaratoria, lo cual hizo ese mismo día. Tuvo además la gentileza de proporcionarme una copia de esa declaración en la cual, entre otras cosas, expresó lo siguiente:

“En ningún momento ataqué a la persona del Cronista; por el contrario, reconozco, como muchos saltillenses, su valiosa labor al frente de dicho cargo. Según la documentación que obra, el Lic. Armando Fuentes Aguirre fue nombrado Cronista vitalicio. No ha recibido, ni recibe un sueldo, y nadie le ha otorgado los medios para realizar tal fin. La crónica de la ciudad se ha cumplido a través de su columna ‘Presente lo tengo yo’. Debo reconocer la disponibilidad del Lic. Fuentes Aguirre para que desde el próximo año la crónica sea presentada anualmente en un compendio ante el Ayuntamiento. A partir de esta fecha trabajaré en conjunto con el Lic. Fuentes Aguirre con el propósito de elaborar una norma reglamentaria acorde a la realidad histórica de nuestro Saltillo”.

Me gustó mucho esa expresión final: “nuestro Saltillo”. Por él debemos trabajar todos juntos. Le agradezco a Luis Fernando, mi nuevo y generoso amigo, su preocupación y su trabajo por el bien comunitario. Espero poder aportar algo a su labor y a la que cumple el Cabildo de nuestra ciudad. Agradezco también —¿cómo dejar de hacerlo?— los incontables mensajes de afecto y solidaridad que recibí, y las múltiples muestras de apoyo de personas e instituciones de la comunidad. ¡Qué bonito se siente eso de ser profeta en tu tierra!