¿Amigo del jefe?

Usted está aquí

¿Amigo del jefe?

Foto: Vanguardia/ Archivo
¿Es buena idea hacerse amigo de un superior? Sostener una amistad entre dos personas de jerarquías diferentes es posible, pero hay que tener claro dónde están los limites que corresponden al desempeño de cada quien.

Un jefe y un colaborador ¿pueden ser amigos (o no)? La realidad es que por más que uno le dé vueltas, no hay una respuesta correcta, ya que son muchas las circunstacias que intervienen en una relación de esta naturaleza. Los centros de trabajo son lugares en los que las personas suelen pasar ocho horas o más conviviendo en el mismo espacio, y con tanta proximidad, sería difícil no trabar amistad con algunos de los compañeros. 

Pero al hablar de relaciones jerárquicas, las cosas cambian. De hecho, pueden convertir a determinadas oficinas en campos minados para ambas partes. 

Una encuesta de Gallup encontró que tener un amigo ocupando una jefatura o una gerencia puede convertir a un trabajador moderadamente comprometido, en uno con mucho compromiso, y son estos casos los que suelen dar los mejores resultados dentro de una organización. 

Pero el tema tiene aristas buenas y malas que hay que tomar en cuenta para desempeñarse mejor, ya sea que su jefe se haya convertido en su mejor amigo o que sea usted el ‘mandamás’ y haya convertido en su amigo a un colaborador. 

Cómo proceder 

En primer lugar, ambos tienen que tener en cuenta que toda la gente se va a enterar, por mucho que lo traten de mantener en el perfil más bajo posible, asegura Jennifer Winter, consultora de The Muse, un sitio dedicado a dar consejos en materia de Relaciones Humanas. 

“Tenía un trabajo que disfrutaba y en el que incluso fui promovida”, recuerda Jennifer. “Con el tiempo, desarrollé una amistad con mi jefa y aunque mi éxito no dependía de esa relación, los chicos con los que trabajaba me tachaban de ser su favorita.

“Mi jefa era muy buena onda, y había respeto mutuo en nuestra relación. Pero entonces anunciaron que nuestro grupo sería desintegrado gradualmente. Todos excepto yo. Entonces las bromas se convirtieron rápidamente en amargas acusaciones de favoritismo”, apunta Jennifer Winter. 

Si la vinculación aumenta

“Hay que considerar también que la cercanía y la amistad hace que la gente baje la guardia y se comience a generar un lazo de confianza que hará que ambos se cuenten cosas que de no ser por esa amistad no se platicarían”, señala la consultora de The Muse. 

“Si eres el colaborador, seguramente te enterarás de detalles de la organización a los que sólo tiene acceso tu jefe, lo cual podría comprometerte. Y en el caso de que seas tú el que compartes algo con tu jefe, tienes que tomar en cuenta que se lo estás diciendo a una persona que tiene la posibilidad de no promoverte o incluso de despedirte. 

“Pero por el otro lado, también está la colaboración genuina que surge entre dos amigos. Si hay alguna situación negativa y los dos tienen madurez profesional, la pueden resolver mejor. 

“Sabes que cuentas con esa persona para alguna tarea que aunque no sea la tuya te va a ayudar, porque una amistad verdadera busca un beneficio mutuo”, explica Margarita Chico, directora General de ‘Méxicotrabajando.com’. 

“Si acaso hay una regla de oro en esta situación, es la de poner límites entre la vida personal y laboral, ya que cuando esto no se hace puede traer situaciones muy negativas, alerta Margarita. Por ejemplo, el que las confrontaciones se vuelvan más fuertes por esa relación. No es lo mismo que un colaborador se pelee con un jefe al que no le tiene confianza, que con su mejor amigo, que también es su jefe, del cual sabe cosas que se pueden convertir en la ‘mejor arma’ para hacerle daño”, advierte Margarita. 

“Se necesita tener madurez a nivel profesional y personal para llevar esa relación, ya que en muchas ocasiones se pueden rebasar los límites y tocar fibras sensibles. 

“Por ejemplo, escuchar un comentario negativo contra el jefe, es difícil de manejar, y eso añade a la ecuación la posibilidad no solo de herir los sentimientos sino de afectar  el ambiente de trabajo”, sostiene Jennifer Winter. 

Si usted es el jefe 

“En muchas ocasiones la relación de amistad entre jefe y subordinado hace que las decisiones no sean tomadas con objetividad por el superior. De hecho, aquí es donde si usted es el jefe tiene que hacer un esfuerzo para ser justo”, dice Bill Gentry, relator de un Centro para el Liderazgo Creativo. 

“Cuando se trata de bonos, aumentos, promociones y apoyos, es cuando más se tensan las relaciones entre los empleados. Si los amigos del jefe los merecen y están bien documentados, genial. Pero si no, y aún así el jefe recompensa a sus amigos, entonces vendrán los chismes y la desconfianza”, asegura Gentry. 

Otra recomendación de Gentry es que esté muy atento a su propio proceder, es decir, a la manera en la que usted, siendo jefe, se comporta con un amigo, porque todos los ojos estarán en usted. “Por lo tanto, ponga mucha atención a las señales que está mandando al resto de los empleados. 

“Para darse cuenta de esto pregúntese, ¿Qué tanta atención y recursos está dándole a su amigo en comparación con los demás? 

En el caso de que esté programado un aumento de sueldo o un ascenso para su amigo, debe tener mucho cuidado de que esas acciones estén bien justificadas y se hagan en el tiempo propicio, porque de otra manera los demás hablarán, y no solamente eso sino que quizá también le tacharán de tener a ‘su favorito’. 

“Un jefe con un amigo en el trabajo debe siempre dar a conocer los logros importantes de sus empleados y dejar claro que los reconocimientos se dan por esos logros. Y si tiene un amigo, obviamente él también tendrá derecho a ser premiado como los demás. De lo contrario, su comportamiento podría ser señalado de nepotismo”, explica Margarita. 

Sea democrático

Si usted está en la posición de jefe debe tener el cuidado de transmitirle a los demás que la amistad que se formó entre usted y alguno de sus empleados  es auténtica y no convenenciera. 

Desgraciadamente, hay casos en los que esta relación está movida más por el interés en la jerarquía que por la amistad misma. 

“La amistad debe ser leal y desinteresada, porque muchos se hacen amigos de su jefe simplemente por conveniencia, lo cual es una falsedad. Por eso hay que saber separar muy bien una cosa de otra.
 
“Porque qué tal si usted como jefe se está abriendo y esa persona sólo le está utilizando para luego darle una puñalada por la espalda”, explica Margarita de Trabajando.com. 

En ese camino necesita también dejar en claro los objetivos y las metas que tiene su amigo en su puesto de trabajo. Esto para evitar malos entendidos y la búsqueda de concesiones por parte de él. 

Seguramente será difícil ofrecer retroalimentación ya que la relación de amistad podría hacer más sensible al colaborador a las críticas; sin embargo, es necesario dejar en claro que no se tiene nada personal contra él y que se trata de acciones para mejorar el desempeño laboral, tanto de su amigo como del resto del equipo de trabajo.  (El Universal)