Alumnos de la FCC fomentan cultura ecológica

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Alumnos de la FCC fomentan cultura ecológica

Fotos: Marco Medina y Cortesía
Con su Huerto Comunitario, este colectivo está incentivando el cuidado y la protección de la naturaleza en varias generaciones de jóvenes

En la Facultad de Ciencias de la Comunicación se está gestando una cultura ecológica que podría cambiar el ámbito universitario para bien, pues un colectivo de estudiantes ha comenzado a desarrollar una comunidad preocupada por el medio ambiente con el primer esfuerzo de un huerto.

VANGUARDIA tuvo la oportunidad de charlar con dos de los miembros de este colectivo, Ulises Rancaño y Alejandra Zamarripa, quienes nos contaron un poco de la historia, actividades y objetivos de este proyecto.

“Nosotros creemos que tenemos una responsabilidad y queríamos hacer alguna actividad que nos conectara un poco más con la sociedad y con problemáticas actuales”, comentó Ulises, “algo que teníamos en común además de ser de Comunicación es que nos gusta mucho tener un contacto constante con la naturaleza. Hacemos recorridos al Cañón, a otras áreas naturales de Coahuila y eso nos ha dejado bastante”.

Empezamos llevando gente al Cañón, a varias partes y platicando de nuestra experiencia. Luego quisimos hacer una actividad que representara una contracorriente a todo lo que amenaza lo que a nosotros nos gusta”, agregó.

Fue esta inquietud por aportar algo a la comunidad lo que los llevó a plantear al idea de un huerto comunitario en las instalaciones de su facultad.

“Decidimos hacer un huerto para que la gente valore más la vida, que conozca las condiciones que lo propician y a la vez que eso permita que la gente interactue, que sea comunitario. El hecho de hacer todo esto requiere que la raza se vincule”, explicó el alumno de último año.

El colectivo cuenta actualmente con alrededor de 25 personas que se han dividido el trabajo entre las áreas de vinculación, producción, diseño, video, fotografía y gestión, aunque aseguraron que este equipo cuenta ya con miembros de otras escuelas de la Universidad Autónoma de Coahuila.

Las primeras actividades se enfocaron en preparar el terreno, ubicado entre el auditorio y la biblioteca de la institución. Podaron árboles y recogieron basura y con la cantidad de gente que participó se dieron cuenta que estaban dejando huella.

Su plan es crear un huerto sustentable, cuyos productos puedan consumir en la misma escuela. “No precisamente alimentar a la facultad pero sí que nos dé frutos”, explicó Alejandra, “que tengamos cosecha. Tratamos de poner varias hortalizas, tomillos, apio, plantas que también sean muy vistosas, por ejemplo la alcachofa que tiene una flores moradas muy bonitas y plantas que den mucha flor, que atraigan polinizadores”.

El apoyo que han recibido no sólo se cuenta en manos laboriosas, sino también en materiales y plantas. Hace unas semanas recibieron 5 metros cúbicos de tierra para comenzar a plantar la primera fase y también han recibido donaciones de árboles, ornamentales y frutales.

La principal actividad para la recaudación de dinero es el bautizado como Bazar Comunitario, para el cual lograron movilizar mucha gente, que les donó todo tipo de cosas, desde ropa hasta libros nuevos y que por precios accesibles han comercializado en varias sedes, como la Alianza Francesa y la Escuela de Ciencias Sociales.

“Gracias a lo que ha salido del bazar y de otras actividades hemos podido comprar todo para el huerto. Compramos tierra, plantas, vamos a comprar una tonelada de humus, lombriz, estamos tratando de terminar con la venta para terminar de comprar detalles, adornos, para el jardín”, comentó Rancaño, a lo que su compañera agregó “la mercancía que nos quede, que no se venda la donaremos, no tiene caso que nos quedemos con ella y pues sirve para retribuir a quienes lo necesiten”.

Una cultura para las generaciones
La principal amenaza a que este tipo de iniciativas se enfrentan es que a través del tiempo, los nuevos encargados del proyecto o las autoridades de la escuela, no comprendan su valor y por lo mismo el esfuerzo comience a perderse.

Para evitar esto, estos chicos están buscando educar a los miembros más jóvenes de su comunidad, para que cuando les toque estar a cargo, tengan completo conocimiento de la importancia del proyecto y de su rol en él.

“Uno de los fundamentos específicos de nuestro colectivo es que sea sustentable en varios sentidos. Por una parte en cuestión ecológica y ambiental pero por otra en la cuestión ideológica y cultural. Algo que nosotros tratamos de promover en nuestra organización es que si bien algunos de los organizadores tenemos la visión más específica, más objetiva, tratar de pasarla”, explicó Ulises.

“Cada que 'cotorreamos', que nos juntamos, platicamos de la visión, de los fundamentos que tiene. Fomentamos el liderazgo, en sí. Queremos que se quede la cultura, que alguien más tome la batuta del proyecto y es en lo que mejor nos ha ido, mucha gente está empezando a compartir este pensamiento”, expresó.

Así, esperan que esta iniciativa impacte no sólo a la Facultad de Ciencias de la Comunicación, sino que también se extienda a otras escuelas de la universidad y a muchos otros lados, tanto su aspecto ecológico como de formación cultural.

En las próximas semanas esperan por fin inaugurar la primera etapa de su Huerto Comunitario, fruto del esfuerzo de decenas de personas directamente y otros cientos indirectamente, a lo largo de más de 8 meses de trabajo, y nosotros seguiremos al pendiente de su progreso.