Fue la última postal de un año de pesadilla: por una nueva falla de su McLaren, el español Fernando Alonso abandonó el comienzo de los entrenamientos libres del Gran Premio de España y sumó así otra frustración en una temporada para el olvido.

Las dificultades no cesan para Alonso, ni siquiera delante de su público. En el circuito de Montmeló, el asturiano tuvo que abandonar en los primeros metros de la práctica por un problema de motor. Al ser retirado de la pista, el coche comenzó a largar aceite.

Alonso, como ya es usual, se lo tomó con humor. Esta vez se fue a jugar al pádel, según informó él mismo en su cuenta de Instagram. "Manteniendo el cuerpo activo", escribió el piloto en las redes sociales.

Y es que el doble campeón del mundo ya no sabe bien qué hacer para sobrellevar los problemas de su coche en la máxima categoría. Y tal vez intuya que su futuro está en otra parte.

Alonso dio una señal en ese sentido cuando anunció recientemente que participará en las 500 millas de Indianápolis y no en el Gran Premio de Mónaco. La Fórmula 1 lo tiene como una de sus figuras más representativas, pero con un pobre presente en el equipo de Woking. La IndyCar, por el contrario, representa un nuevo desafío.

En declaraciones el jueves, el español no confirmó si seguirá en la máxima categoría la próxima temporada. Al contrario, abrió la puerta a una salida.

"En septiembre y en octubre pensaré qué haré el próximo año. Estoy abierto a todo", dijo el piloto de 35 años. "Si en septiembre o en octubre tenemos posibilidades de ganar, estaría más que feliz de quedarme", agregó el asturiano.

Alonso no descartó que su futuro pueda estar lejos de la Fórmula 1, aunque confesó que le gustan los cambios implementados en la máxima categoría con el nuevo reglamento. "Está nuevamente en el camino correcto", destacó.

"Mi intención y prioridad es quedarme en la Fórmula 1", agregó el español, que aún tiene esperanzas de sumar un nuevo título: "Esa es mi meta principal”.

Pero la IndyCar llama. Tras la carrera del domingo, irá en un avión privado a sus primeros entrenamientos para las míticas 500 millas de Indianápolis, que se corren el próximo 28 de mayo.

El miércoles de la semana pasada, después del Gran Premio de Rusia, Alonso pasó la prueba obligatoria para los pilotos debutantes. "Ha sido divertido. Pero todavía no me siento cómodo en la cabina", expresó Alonso tras sus primeras vueltas.

Que McLaren le haya permitido viajar a competir en Indianápolis y que él haya renunciado a correr en Mónaco, dice mucho de la relación entre el español y su equipo. El asturiano no puede quejarse, al menos no de esto: su escudería le permite competir con el equipo Andretti, que el año pasado ganó la carrera con Alexander Rossi.

"Espero que pueda ganar", afirmó Zak Brown, jefe de McLaren.

Una victoria parece más posible para el piloto debutante en el mítico óvalo que para el experimentado corredor en cualquiera de los circuitos de la Fórmula 1, donde Alonso y McLaren van muy por detrás.

Hasta ahora, el español no ha llegado a terminar ninguna de las cuatro carreras disputadas en 2017. En el Gran Premio de Sochi, el fin de semana pasado, su coche dejó de responder en la vuelta de formación.

La última victoria del español en la categoría reina fue hace ya cuatro años, precisamente en el Gran Premio de España.

Y, sin embargo, Alonso es todavía uno de los pilotos más destacados de la grilla. Mercedes incluso pensó en él como reemplazante del alemán Nico Rosberg, que se retiró tras ser campeón.

Pero nadie cree que el asturiano pueda recalar en Mercedes, Ferrari o Red Bull si abandona McLaren. Alonso tal vez deba cumplir sus ambiciones en otros lugares, como él mismo intuye.

Por ahora, piensa en la "triple corona" del automovilismo: ganar el Gran Premio de Mónaco (que consiguió dos veces, en 2006 y 2007), las 500 millas de Indianápolis y las 24 horas de Lemans, algo que solo logró el británico Graham Hill.