Almagro celebra un año en la OEA ante el desafío de Venezuela

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Almagro celebra un año en la OEA ante el desafío de Venezuela

Secretario General de la OEA, Luis Almagro, en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, DC. Foto EFE
Almagro se ha manifestado en contra del proceso de destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

El secretario general Luis Almagro celebra hoy un año al frente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ante la disyuntiva de si activar o no la Carta Democrática Interamericana para Venezuela ante la crisis que sufre el país.

La llegada de Almagro a la OEA ha supuesto un cambio de estilo con respecto a sus antecesores. No sólo por su afición a Twitter, donde es muy activo, sino por utilizar la secretaría general como plataforma para hacer oír su voz ante las crisis políticas de la región.

Mientras que sus antecesores en el puesto evitaban la confrontación directa con los estados miembros, Almagro, ex canciller de Uruguay durante el gobierno del presidente José Mujica, se ha inmiscuido de pleno en crisis políticas internas como las de Brasil o Venezuela.

"Pocos esperaban que el secretario general fuera tan frontal en sus planteos, particularmente en el caso venezolano", explicó a dpa Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano.

Almagro se ha manifestado en contra del proceso de destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Y ha advertido al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que si impide el referéndum revocatorio que la oposición está promoviendo en su contra se transformará en "un dictadorzuelo más, como los tantos que ha tenido el continente".

"El secretario general Almagro ha logrado incrementar la visibilidad y relevancia de la OEA tomando posiciones muy claras, particularmente respecto a la defensa de la democracia en las Américas. Es algo al mismo tiempo inesperado y bienvenido", explicó a dpa Harold Trinkunas, experto en América Latina del Brookings Institute.

Almagro estudia si activar la Carta Democrática Interamericana, el instrumento aprobado en 2001 por la OEA para proteger la democracia en la región, ante la grave crisis que se vive en Venezuela. Así se lo ha pedido la Asamblea Nacional venezolana, controlada por la oposición tras las elecciones legislativas de diciembre.

"Es muy probable que Almagro solicite este paso. Pero los estados miembros son los que deben aprobarlo, y es casi imposible que invoquen la Carta Democrática para el caso venezolano. Simplemente no existe la voluntad política, y la situación complicada en Brasil no ayuda", advirtió Shifter.

"Esto todavía está por verse (si activa la Carta Democrática). El secretario general, sin duda, está calculando qué apoyo lograría entre los estados miembros, pero ya lo considera útil y necesario", añadió Trinkunas.

El Gobierno de Maduro se opone a la activación de la Carta Democrática al considerar que ésto supondría una injerencia en los asuntos internos del país.

Trinkunas explica que la OEA tiene la tendencia a "funcionar básicamente como un club de presidentes de la región, los cuales aborrecen las críticas y prefieren evitar la confrontación".

"Al tomar posiciones claras y contrarias a los intereses de algunos presidentes, como en Brasil y Venezuela, Almagro ha resaltado la relevancia de la posición del secretario general y de la OEA como institución. Esto es bueno, la alternativa es la irrelevancia", añadió Trinkunas.

Los expertos advierten de que a pesar de que Almagro ha logrado con su estilo directo y franco dar más visibilidad a la OEA, la organización hemisférica se encuentra en un momento de baja credibilidad y está inmersa en una crisis de identidad y presupuestaria.

"El perfil alto del secretario general Almagro le dio a la OEA una visibilidad que no tuvo en los últimos años. Pero aún es temprano para saber si esto le permitirá resolver los profundos desafíos que enfrenta la organización, incluyendo la falta de compromiso de los estados, problemas presupuestarios, y la competencia de otras organizaciones regionales que han surgido en el último tiempo", opinó Shifter.

"Todavía falta una reforma institucional seria para reducir los costos y enfocar el trabajo de la organización. Al mismo tiempo, algunos países miembros no han pagado sus contribuciones al presupuesto - Brasil es el más importante de ellos- profundizando el déficit que enfrenta la OEA", recordó Trinkunas.