Allende: otra oportunidad para dar verdad y justicia

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Allende: otra oportunidad para dar verdad y justicia

Hace unos días se estrenó la serie “Somos.” en la plataforma Netflix, “una historia real silenciada por años”, dice una de sus publicidades. Se trata del episodio de la masacre y desaparición masiva que tuvo lugar en Allende, en marzo de 2011.

No me considero un crítico de cine o televisión, más allá de que como muchos pueda tener mis opiniones. No entraré en discusión sobre si el retrato es fiel o no. Si es una serie que retrata a las víctimas o es una más que glorifica a narcotraficantes. Si cumple con el objetivo de dar voz a los que no han tenido voz. Cada quien tendrá sus opiniones.

Quiero ver el tema de la serie de manera positiva: que provoque cuestionamientos, ponga en la mesa el tema de que no hay verdad, que sigue impune, que las autoridades han querido enterrar el tema. Más allá de gustos, lo importante debería ser que el tema, a 10 años de ocurrido, vuelve a estar en el clima de opinión y, por tal motivo, vuelve a recordarnos la necesidad y oportunidad para dar verdad y justicia.

Quizá, al igual que la noticia de la sentencia de tres años del exgobernador Jorge Torres López en Estados Unidos es una mala noticia para las autoridades, principalmente estatales, también la proyección de esta serie sea una mala noticia para las mismas figuras. ¿Por qué? Porque nos recuerda que más allá de recordar y no olvidar la masacre, es un hecho que sigue sin tener verdad y justicia.

En 2018 la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió una recomendación a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y al gobierno de Coahuila para investigar la masacre. La CNDH recomendó indagar los vínculos de servidores públicos federales, estatales y locales con Los Zetas, la organización criminal que controló gran parte del Estado y que llevó acabo la masacre de Allende.

¿Qué se ha hecho? Poco. Las indagatorias no han ido más allá del plano municipal. La salida más fácil. Una indagatoria que se ha limitado a responsabilizar a miembros (policías y alcalde) de un municipio con tan pocos habitantes, cuando lo vivido no pudo suceder sin el cobijo o al menos la omisión de autoridades de más alto nivel.

Un ejemplo. La primera escena donde se muestra a la prisión de Piedras Negras como el centro de operaciones del grupo criminal. ¿Quiénes estaban a cargo de la seguridad y la procuración de justicia?, ¿por qué no se ha pedido cuentas sobre ese tema conocido y reconocido?, ¿por qué no hay nadie en la cárcel por haber cedido el control de la prisión?

AL TIRO

Existe obviamente el morbo de ver cómo se retrata el tema. Habría que preguntarle a la gente de Allende qué siente, qué le parece. Nadie mejor que los que vivieron en carne propia lo sucedido.

Pero la serie, insisto, es una buena razón para recordar que el caso sigue sin verdad y justicia. Pareciera cuando hablamos del caso que es un evento que ya concluyó. Pero no, sigue impune, sigue sin esclarecerse en muchos sentidos.

Además, muchos de los actores que gobernaban la entidad en ese entonces, no han hablado, no se les ha mandado a llamar al menos para dar declaraciones ante un Ministerio Público. Siguen campantes, tratando de enterrar el tema.

Por eso, más allá de cómo puedan retratar el tema en la serie “Somos.”, a mi parecer lo rescatable es precisamente regresar el tema a la agenda, pero con la intención de insistir en pedir respuestas, pedir verdad y pedir justicia.

Creo que las autoridades de Coahuila tienen la obligación de responder. No se trata sólo de memoriales o pedir perdón, ni tampoco de series. Se trata de entregar cuentas. De no hacerse de oídos sordos. De estar firmes en un estado de derecho. De hablar de verdad y justicia y no ver la serie únicamente como un asunto de memoria, de recordatorio de lo que ocurrió en un pueblo hace 10 años. Ahí está una vez más el tema. ¿Qué harán nuestras autoridades?