Alicia Bárcena
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Alicia Bárcena
Quizás el propósito del informe que presentó la diplomática mexicana fue recalcar que hay que recuperar la cooperación sur-sur y el multilateralismo
Menuda y de presencia distinguida, con voz potente y manejando un lenguaje claro e inteligente, Alicia Bárcena deslumbró en su informe anual sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030, al inicio del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible – 2017, del 26 al 28 de abril, que tuvo un cambio de sede de último momento, pues se iba a desarrollar en el auditorio de la Secretaría de Relaciones Exteriores y fue en el interior del Palacio Nacional porque un numeroso grupo de marchistas de diferentes colectivos se apostó en la Plaza Juárez en la Ciudad de México.
Sin embargo, el foro de largo nombre inició puntualmente con la presentación de la mexicana con mayor nivel diplomático en el mundo, ya que Alicia Bárcena es, desde julio de 2008, la secretaria ejecutiva de la Comisión de Estudios Económicos para América Latina y el Caribe, organismo de Naciones Unidas, luego de fungir como jefa de gabinete de Kofi Anna, ex secretario general de las Naciones Unidas.
La diplomática, que es bióloga, habló de impulsar un nuevo keynesianismo que debería establecerse en estos tiempos inspirándose por supuesto en la obra de John Maynard Keynes titulada “Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero”, publicada en 1936 en respuesta a la Gran Depresión de 1929. La teoría de Keynes se centró en explicar cómo estimular la economía en época de crisis.
Alicia Bárcena declaró que el mundo salió de la crisis de 2008 porque las economías súper habitarias lograron ponerse de acuerdo y ahora es algo que no está ocurriendo.
Habló de la conveniencia de que las economías nacionales no sean proteccionistas porque erosionan a las clases medias, que más bien las economías deberían ser abiertas, y particularmente en el ámbito de nuestra región, destacó las figuras de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), creada en 1980, y del Mercosur, fundado en 1991, que surgieron como espacios de integración en momentos de crisis.
Sin embargo, recalcó que actualmente los países de la región de Latinoamérica y el Caribe no se ponen de acuerdo porque cada país baja impuestos de diferente manera a las empresas trasnacionales para que hagan inversiones.
Me llamó la atención que la diplomática mexicana aseguró que estos países sufren el dilema del prisionero que no permite la colaboración, y que hay que superar este dilema en materia económica, comercial y fiscal.
Debo comentar que el dilema del prisionero es un problema que se estudia en la Teoría de Juegos que ejemplifica que dos personas evitan la cooperación aunque vaya en contra de los intereses de ambas.
Tal vez el propósito del informe que presentó Alicia Bárcena fue recalcar que hay que recuperar la cooperación sur-sur y el multilateralismo, aunque ella también habló de temas como la agenda migratoria y subrayó que 30 millones de latinoamericanos y caribeños viven fuera de sus países de origen buscando el sueño americano.
Señaló que hay mucha liquidez económica, pero en pocas manos. Según Forbes, revista especializada en negocios, 62 personas poseen una riqueza equivalente al ingreso de la mitad de la población del mundo; es decir, de 3 mil 500 millones de personas; pero Bárcena sostuvo que son sólo ocho seres humanos los que detentan toda esta fortuna que debería impulsar la expansión de una economía circular en el mundo de la mano de la sustentabilidad ambiental, por medio de inversiones en energías renovables.
A Alicia Bárcena la conocí en México. La última vez que conviví con ella fue en 2011, en Santiago de Chile, hasta este reencuentro en el que prometió visitar las tierras norteñas.
¿Qué sigue para ella en su meteórica trayectoria que inició como subsecretaria de Medio Ambiente y directora general de Pesca de la extinta Semarnap? Lástima que una dama como ella no pueda contender para la Presidencia de México en las elecciones de 2018.