Algunos saldos
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Algunos saldos
Propuse la palabra saldos recordando los anuncios que se gritaban por la radio durante mi niñez. ¡Saldos y retazos!, era una invitación a revisar en las tiendas de ropa lo que quedaba de telas, ropa, zapatos o mercancía para el hogar al final de un período. También acepta la idea de deuda o de liquidación.
Por fin apareció, de la nada, nuestro Fiscal, que deberemos agradecer o sufrir durante varios años que pueden duplicarse. Dice el Gobernador que se vio obligado a escoger entre quienes se anotaron para el proceso y enviar su tercia, que el Congreso apalancó. Tiene razón, pero fue un proceso muy problemático.
De Torreón se recibieron nombres y se enlistaron varios. El escogido resultó lagunero, cosa que no puede asombrarnos puesto que los candidatos a Gobernador eran de allá (Riquelme, Anaya, Guerrero). Rubén Moreira mismo se hizo lagunero: es viesquense, tiene allá casa y tierra. Esto no significa algo importante, simplemente es un dato entre muchos.
En el programa de Rosa Beltrán y Mónica Lavín en que entrevistan a literatos que han destacado apareció Julián Herbert. El diálogo fue fluido, agradable, por momentos nostálgico y en otros alegre. Ellas tienen una larga experiencia, y Julián se impuso dentro del escenario que con algún otro escritor me había aburrido.
Era evidente que lo habían leído y en no pocas preguntas lo increparon: tenían interpretaciones psicológicas, históricas o literarias como para poner nervioso a cualquiera, pero el resultado fue agradable, puesto que se toparon con respuestas inteligentes y honestas. Una entrevistadora se refirió al público televidente y dijo: si no ha leído “Canción de Tumba”, vaya a comprarlo. No andaba errada porque es un libro traducido a varias lenguas.
En artículo pasado elogié y agradecí el trabajo editorial de la Secretaría de Cultura. No había espacio para mencionar a dos municipios panistas que hicieron un excelente trabajo: Saltillo y Monclova. Por su parte, el Centro Cultural Vito Alessio Robles también llevó a la imprenta buenos libros de temas históricos. Si sumamos los que imprimieron todos podemos afirmar que nunca se publicó tanto. También digo que los textos son casi en su totalidad novedades y que, por fin, logramos dejar de publicar refritos.
Otro adeudo a señalar es la publicación, en el Periódico Oficial, de la restauración del complejo de Santa María, en Ramos Arizpe. Muy tarde lo hizo el Gobernador, pero ya es oficial. Nunca entendí por qué no se rescató esa pequeña joya: la desdeñó Flores Tapia, Eliseo Mendoza, Rogelio Montemayor, Enrique Martínez y Humberto Moreira. Todos los alcaldes de Ramos, incluyendo el actual, jamás comprendieron lo que significa ese conjunto arquitectónico para Coahuila. Un hermoso templo con la mayor parte de sus óleos y retablos; un trozo de acueducto, un molino y una hacienda hubieran sido el magno proyecto de un gobernante ilustrado.
En lo que toca al otro Fiscal, nombrado anticorrupción, no parece que se vaya a cambiar al que eligió el poder. Desde los primeros citatorios se anuló a los que hubieran tenido relaciones con partidos políticos y que no fueran abogados penalistas. Sabemos que es casi imposible encontrar un abogado que no tenga su corazón puesto en un grupo de poder y hoy en día los partidos conforman a los grupos que buscan repartos económicos, de poder o de influencia. Los empresarios (los saltillenses, por ejemplo) pidieron que quedara en el puesto alguien de honestidad conocida y ánimos de servicio y justicia. Por desgracia (al menos es lo que apareció en los diarios) daban a escoger entre cuatro o cinco apellidos que casualmente pertenecen a las familias dominantes desde hace un siglo o más. Su preocupación era honesta pero sin futuro. Jesús Homero Flores Mier se distinguió por su rápido ascenso en la burocracia. De secretario particular del Alcalde fue pasando a mayores responsabilidades. Llegó a la que ahora enuncio, pero si hubiésemos creído que era uno más de sus logros, él nos sacó de la duda: de inmediato se puso al servicio del jefe. Es triste. Hay tantos delitos, desviaciones evidentes y crímenes de exfuncionarios, y se le ocurrió que el enemigo principal era Isidro López. Ya Enrique Abasolo denunció esta sinrazón. ¡Mal comienzo!