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Alemania detecta irregularidades en las emisiones de 16 marcas de coches
El escándalo que arrastra a Volkswagen se extiende al resto del sector automovilístico. El Gobierno alemán ya había insinuado el pasado mes de noviembre que las irregularidades en las emisiones de gases iban más allá de la empresa de Wolfsburgo, pero el viernes concretó sus sospechas. El ministro de Transportes, Alexander Dobrindt, señaló a 16 marcas que podrían haber abusado de un sistema para aumentar la potencia del coche a costa de contaminar más. Las marcas alemanes afectadas —Audi, Porsche, Volkswagen, Mercedes y Opel— han aceptado mandar a revisión 630 mil vehículos afectados.
El sistema en cuestión detectado por los investigadores alemanes no tiene nada que ver con el ideado por Volkswagen. En esta ocasión no se trata de un software cuyo único fin era engañar, que detecta cuándo el coche está siendo probado para reducir en ese momento su volumen de emisiones. Ese mecanismo solo se ha encontrado en vehículos Audi, Porsche y Volkswagen, todos de la misma casa.
Lo que la investigación oficial ha detectado es algo más sutil. Se trata de un mecanismo de bajas emisiones obligatorio, que solo se puede desconectar a ciertas temperaturas para proteger el motor y reducir el riesgo de accidentes. Pero el ministro alemán dijo tener sospechas de que se había usado también en otras situaciones no permitidas por las autoridades comunitarias, provocando así unos mayores niveles de gases contaminantes.
“En la investigación de algunos modelos surgieron dudas en la comisión de investigación sobre si la horquilla de temperaturas elegida se justificaba por motivos de protección del motor”, indicó el ministro alemán. El problema es, pues, mucho menos grave que el engaño de Volkswagen, pero de confirmarse las irregularidades, afectaría prácticamente a todo el sector.
Además de las alemanas Audi, Porsche y Volkswagen (todas ellas del grupo de Wolfsburgo), Mercedes (Daimler) y Opel (General Motors), también están afectadas la francesa Renault, las japonesas Suzuki y Nissan, así como Alfa Romeo, Chevrolet, Dacia, Fiat, Hyundai, Jaguar, Jeep y Land Rover, según enumeró el ministro alemán. En total, 22 modelos. Las empresas alemanas han aceptado de forma voluntaria la propuesta del Gobierno de llamar a revisión los 630 mil vehículos (247 mil Mercedes-Benz, 32 mil Porsche, 194 mil Volkswagen, 66 mil Audi y 90 mil Opel).
Tras destaparse el caso Volkswagen el año pasado, el Ministerio de Transportes encargó a la Oficina Federal de Vehículos a Motor estudiar los niveles de emisiones de gases contaminantes en motores diésel de 53 modelos de una veintena de fabricantes, tanto alemanes como extranjeros. En noviembre, tras analizar dos tercios de todos los modelos, este organismo ya avanzó que había detectado valores de emisiones de gases por encima de lo permitido en varios fabricantes. Entonces abrió una fase de consultas con los constructores afectados e indicó que posteriormente podrían buscarse “consecuencias legales”.
Un sector vital para el país
Los expertos señalan que, en este caso, las revisiones no son muy complicadas, y que se pueden hacer de forma rápida y barata. Pese a todo, las conclusiones del informe gubernamental suponen un nuevo mazazo para un sector fundamental para la economía alemana, que emplea a uno de cada 20 trabajadores del país y que factura cada año 400 mil millones de euros, una quinta parte de la producción industrial de Alemania. “Es increíble que prácticamente todos los fabricantes alemanes de coches hayan hecho trampas y engañado en las normas europeas sobre gases contaminantes”, disparó el portavoz de Transportes del SPD, Sören Bartol.