Alejandra Ugalde: 10 años sobre y detrás del escenario

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Alejandra Ugalde: 10 años sobre y detrás del escenario

Cuando ya vino la complicación fue cuando estuvieron los tres actos juntos. Foto: Facebook Diáspora Teatro
La actriz saltillense, quien actualmente participa en la obra ‘La Hoguera’, cumple este mes su primera década en el mundo teatral saltillense, como actriz y como parte de la producción

En “La Hoguera” encarna a Claudia, uno de los seis oscuros personajes de esta puesta en escena; en la obra de teatro cabaret “Thelma, La Mujer de Todos” interpreta a una prostituta que incursiona en la política mientras que en “Jacinto y Nicolasa” ella se encargó del maquillaje que dio vida a las tristes historias de este par de rarámuris.

A lo largo de 10 años la carrera de Alejandra Ugalde ha crecido dentro del teatro saltillense a través de diferentes roles, no sólo como actriz, sino también como parte del equipo de producción de decenas de obras y en entrevista para VANGUARDIA nos contó sobre ellas.

“Siempre me gustó el teatro”, contó, “pero conmigo aplicaron la de ‘primero estudia algo formal y luego haces lo que quieres’ y eso fue lo que hice”.

Cursó la carrera de Ingeniería en Sistemas de la Facultad de Sistemas de la UA de C —se graduó en 2007— y fue durante este periodo que comenzó a acercarse al teatro en Saltillo, acudiendo a algunas obras en el Fernando Soler y presenciando de primera mano una puesta de los " Entremeses Cervantinos" a cargo de Jesús Valdés en su misma escuela.

“Le pregunté a Cirilo Recio dónde se reunían, ahí aún no los conocía tan bien, pero los días que ellos se reunían era a las 6 de la tarde y yo a esa hora entraba en la Facultad”, comentó.

Foto: Vanguardia/Mayra Franco
Ahí sí eran ensayos de 8 horas para poder estar cronometrados y sincronizados. Era mucha disciplina”.
Alejandra Ugalde sobre el montaje de ‘La Hoguera’.

“Me gradúo en diciembre y en enero empiezo a buscarlos, pero ya ni me acordaba dónde me habían dicho y en eso una tía me comentó del taller de Armando Quiñones”.

Con él fue que se inició en el teatro, como parte de la obra "Crónicas Desventuradas", que se estrenó en septiembre del 2018. Allí presentó el monólogo “Buenas Noticias”, uno de los seis que componían la puesta y con el cual debutó.

Desde entonces ha aparecido en las obras “La Verdadera Venganza del Gato Boris”, “Yerma”, “Una Noche Como Esta”, “Barbie Girls”, “La Pastorela de Catón” —dos veces—, “Thelma, La Mujer de Todos”, “La Nueva Alejandría”, “Rebanadas de Vida”, “Cosas que no gozas”, “Tercia de Reinas”, "Foli en un rincón”, “La Hoguera”, y hasta en comerciales para Aguas de Saltillo.

Sin embargo, estos son tan sólo las puestas en las que ha colaborado como actriz, pues su trayectoria la ha colocado tras bambalinas, en el equipo de producción —principalmente como maquillista y sonorista— de obras como “Jacinto y Nicolasa”, “Desconcierto a Cuatro Manos”, “El Cíclope” y la ópera cómica “Gianni Schicchi”.

Por lo general este trabajo de maquillaje y sonido lo lleva a cabo en las puestas producidas por Teatro Columna Cuatro, que dirige su marido, el actor y director Gabriel Neaves, a quien conoció en otro taller a cargo de Quiñones.

“Creo que 'Jacinto y Nicolasa' me ha dado más satisfacción como maquillista, en especial por la caracterización de Marina, que es güera y de repente ya no es güera y hasta los ojos le empiezan a cambiar”, comentó respecto a sus esfuerzos por convertir a la actriz Marina Moya en la indígena rarámuri Nicolasa, en la obra que recientemente participó en el Festival Internacional de Teatro Independiente en Chiapas.

En cuanto a sus personajes favoritos destacó a tres, Thelma de “Thelma, La Mujer de Todos”, Nene de “Barbie Girls” y Claudia de “La Hoguera”. “Cada personaje que vas interpretando te va dando experiencia, siento que vas avanzando, aprendiendo y evolucionando y estos tres personajes han sido muy enriquecedores, con los que siento que he crecido más”, comentó.

“Barbie Girls” de Mario Cantú Toscano y dirigida por Neaves se estrenó en 2013 y cuenta la historia de tres “chavas fresas y súper banales”. Una de ellas, Nené, interpretada por Ugalde, busca la fama sin importar los medios utilizados para llegar a ella, incluso el asesinato.

“Nené, por conseguir la fama no le importaba asesinar a sus amigas, que al cabo que si Gloria Trevi estuvo en la cárcel y fue famosa a lo mejor ella también”, dijo sobre su papel, “me gustó porque ahí pude explorar otras cosas que no había trabajado y fue como un descubrimiento para mí. Supe que podía hacer eso”.

Posteriormente, con Thelma, desarrolló más su faceta en el teatro cabaret, género que confesó le gusta mucho interpretar: “se me hace muy sarcástico el cabaret, aunque realmente no tengo así uno preferido. Cualquier género me gusta”.

Fin de temporada. Las presentaciones de ‘La Hoguera’, en donde participa Ugalde, concluyen este fin de semana en Casa La Besana.

Sin embargo, el rol que más le ha exigido es sin duda el que actualmente se presenta en La Besana con “La Hoguera”, donde su director Luis Falcón eligió montarla de manera que las tres historias se cuenten al mismo tiempo.

“Primero nos citó a todos por separado, leímos todos la obra y después hicimos citas individuales. De repente parecía más terapia y era un proceso muy pesado. Él estaba usando otra técnica y sacar del abanico de nuestros recuerdos y sentimientos el material para interpretar”, dijo sobre el proceso de montaje.

“Luego montamos la escena con mis compañeras Sylvia Vilchis y Ana Laura Corpus. Cuando ya vino la complicación fue cuando estuvieron los tres actos juntos. Ahí sí eran ensayos de 8 horas para poder estar cronometrados y sincronizados. Era mucha disciplina”.

Explicó que durante los ensayos de una obra en ocasiones se hace algo llamado “corrida en frío”, es hacer que la obra corra sin que los actores le impriman la carga emocional a su papel, sólo recitan el diálogo de manera mecánica para poder medir el tiempo.

Pero la sincronía necesaria para que los tres actos de “La Hoguera” expresaran su intención era tal que hacer esta corrida en frío no permitía establecer la duración de las escenas con la exactitud requerida.

“Medíamos una escala de 5 minutos. A los 5 minutos exactos teníamos que estar en un punto exacto del libreto. Entonces teníamos que escucharnos, no distraernos. A veces hacíamos ensayos de 3 veces la obra completa, era muy pesado, pero era muy padre, enriquecedor y aprendes muchas cosas”, dijo.

Volviendo al principio de su historia le preguntamos si, a pesar de que estudió una carrera más como una necesidad formal que como un deseo personal, algo de lo que aprendió en sistemas le ha servido ahora en su carrera teatral, nos contestó, entre carcajadas, que no.

Ella y Gabriel se encuentran en el proceso de conseguir los derechos de dos obras, una de una autor mexicano y otra de un italiano, las cuales, nos aseguraron, podrían ver la luz para semana santa del próximo año.

Mientras tanto, Alejandra continuará su camino como actriz y productora, este fin de semana con las últimas funciones de “La Hoguera” y con las constantes presentaciones de otras obras a su cargo.