Para pasar de ser cajero de supermercado en Saltillo a recibir una presea a la que también se hará acreedor Barack Obama, hace falta algo: ser un joven sin límites, y estar convencido de que en el mundo no hay fronteras.

Aldo Emmanuel Hernández Coronado, de 22 años, recibió este mes la medalla Líder y Embajador de la Paz, otorgada por la organización internacional World Peace Builders, la cual se enfoca a prevenir la discriminación, tortura y violaciones a derechos humanos.

Mauricio Forzán, fundador de la organización, le entregó el galardón, el cual ya ha distinguido en México a Alejandro Poiré, exsecretario de Gobernación, y a Eunice Arias, delegada federal del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), y en próximas fechas al expresidente de Estados Unidos.

“Me queda claro que participar en organizaciones como World Peace Builders ayuda a fomentar la cultura en la defensa de los derechos humanos (…) en México no estamos en la mejor situación, seguimos teniendo casos de violencia intrafamiliar y falta de equidad de género”, señaló Aldo Emmanuel, quien estudia Ingeniería en Innovación de Desarrollo en el Tec de Monterrey.

Nació y vivió en la colonia Chapultepec y estudió en la Secundaria Número 8 y el CBTIS 97, pero ya ha cursado estancias de liderazgo en Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), dos de las universidades más prestigiosas del mundo.

Entre los 15 y 17 años trabajó en Aurrerá, pero a los 18 ya había fundado su proyecto “Jóvenes sin límites, mundo sin fronteras”, el cual lo ha llevado a impartir conferencias en varias instituciones educativas.