Ahora Sí, Hamebos Campeón
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Ahora Sí, Hamebos Campeón
Después de tantos años de campeonitis en la que los de “chile, azúcar y manteca” podían autonombrarse “Campeones Nacionales”, finalmente y tras el empuje de jóvenes entrenadores como Carlos Altamirano, que lideró a principios de año desde la UACH la reunificación de las dos ligas, y si bien no se ha logrado en su totalidad, ya la realización del juego que define al auténtico campeón nacional es un buen principio, y el viernes pasado, en el Gaspar Mass, quedó la prueba más palpable que el miedo no está en los jugadores, sino en los de pantalón largo. Cabe señalar que el head coach de los Tigres, Zamora, también impulsó fuerte desde su trinchera.
¿Cuántas oportunidades quitaron los dirigentes a los jugadores y a los aficionados de todo el País de disfrutar encuentros como el que sostuvieron Tigres y Aztecas? Ambos equipos tuvieron la oportunidad de conquistar la victoria, pero ésta siempre sonríe sólo a uno, y en esta ocasión fue a los de Cholula, Puebla.
Tigres es un digno subcampeón, los Borregos y los Pumas —estoy seguro— están trabajando ya en serio para ser ellos los protagonistas el próximo año; y las Águilas de Chihuahua, los Linces de la UVM, los Politécnicos, y todos los equipos que se precien de tener un alto compromiso con la excelencia, se reforzarán, afinarán sus programas deportivos, apoyarán a sus muchachos con becas al 100 por ciento, se habrán de aplicar pensando en el gallardete nacional, en ese que proyecta a los campeones como los mejores de México.
Que si un equipo es mejor reclutador que otro, que si el de allá forma a los jugadores, pero se le van como el agua. Todos, sin excepción, habrán de trabajar en sus fortalezas para tener el mejor equipo de México y los reclutadores lo seguirán haciendo, porque también ese es un estilo de trabajo, y si no está prohibido, está permitido. Se acabó el tiempo de las excusas, llegó el momento de aplicarse, y quien no lo haga seguirá en el limbo o su área de confort, y serán sólo espectadores de las potencias futbolísticas que sí lo son, sy e lo merecen porque trabajan más que otros.
Sólo esperemos que los directivos no regresen a obstaculizar por miedo a perder sus cotos de poder político. Esos que les han permitido acceder a los presupuestos destinados a la promoción deportiva y que confunden con el turismo deportivo.