Ahora lo veredes, dijo agrajes
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Ahora lo veredes, dijo agrajes
El Quijote I, 8
Después de la famosa aventura de los molinos de viento, a los que don Quijote ataca creyendo que son desaforados gigantes, él y Sancho Panza encuentran en el camino a unos frailes de la orden de San Benito, a los cuales supone que se trata de “encantadores que llevan hurtada alguna princesa en aquel coche, y es menester deshacer este tuerto”.
En vano Sancho intenta convencer a su señor que no son encantadores malignos sino dos religiosos, pero su amo insiste en que es “gente endiablada y descomunal”.
Luego la emprende contra un escudero, que era vizcaíno, de los que acompañaban el coche donde venían las supuestas princesas cautivas, quien le reclama a don Quijote su proceder. Molesto por lo que considera es una provocación, el caballero manchego “arrojando la lanza en el suelo, sacó su espada y embrazó su rodela, y arremetió al vizcaíno, con determinación de quitarle la vida”, al tiempo que exclamaba: “¡AHORA LO VEREDES, DIJO AGRAJES!”
La frase “ahora lo veredes” (o verás) se utiliza como advertencia al enemigo y se popularizó con su complemento “dijo Agrajes”, por así haberla dicho este personaje, un caballero del linaje de los Amadís.
@jagarciavilla