Vivimos tiempos de incertidumbre: Complejos. Tiempos sin asideras o referencias claras. Los valores éticos están en crisis. No hay asideras o referencias claras. 

Aunque, Najmanovich nos pregunta,  “si lo que está en crisis son las cosas en sí mismas o nuestra manera de apreciarlas”. Quizá, nos sugiere; “nuestros modelos mentales para percibir o interpretar las realidades cotidianas, requieren una transformación de fondo”.

Dichos modelos deben poseer herramientas para enfrentar la incertidumbre y complejidad de frente, sin tapujos. Sin simplificar lo complejo e inasible de la vida. Sin concebir el universo como un cosmos mecánico fijo e inmutable, sino como islas de estabilidad en un mar de caos. Requerimos de nuevos modelos de pensamiento que acepten y entiendan el caos y la inestabilidad como parte intrínseca de nuestras vidas.  

Por ello, debemos alejarnos de libros de recetas que intentan simplificar la complejidad e incertidumbre a su mínima expresión. Libros, cuyo énfasis es individualista, voluntarista y universalista; es decir, fuera de contexto personal, comunitario e histórico. Libros que apuestan al potencial del individuo para trascender limitaciones y alcanzar su realización. Sus palabras claves son liderazgo, éxito, motivación y valores. 

Sus sumos cardenales son Cuauhtémoc Sánchez, Alejandro Dey y Miguel Angel Cornejo: Los avatares de la Doctrina del Potencial Humano.

Estos “iniciados” son rehenes de un optimismo irracional sin fundamentos que buscan aprehender la complejidad e incertidumbre del  ser hombre y mujer en estos tiempos. Más aún, su sobreexaltación del optimismo individualista para alcanzar el “éxito”, genera un desconocimiento del otro, la ruptura con la comunidad y la domesticación de la consciencia crítica.

 Por ello, sus seguidores son proclives a reafirmar el liderazgo carismático de individuos que ofrecen proyectos irracionales y mesiánicos. Ellos son pastura fresca para apuntalar liderazgos o sistemas políticos inspirados en el fascismo y el autoritarismo. 

En estos tiempos de complejas turbulencias: Sobran los seguidores de “los Cardenales del Potencial Humano”. Faltan, sin embargo, hombres y mujeres capaces de habitar islas de estabilidad en un mar de caos, para desde ahí, edificar los mejores futuros posibles para todos.