Agua embotellada, el negocio líquido que se lleva una parte del salario y perjudica la salud
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Agua embotellada, el negocio líquido que se lleva una parte del salario y perjudica la salud
Entre los gratos recuerdos que tengo de mi infancia están las visitas que hacíamos los domingos a mis abuelos en Arteaga. Toda la familia reunida como era la costumbre; actualmente creo que es mucho menos común. De entre muchas anécdotas, tengo presente cuando después de jugar y correr con mis primos, subirnos a los árboles y bastante sudados, entrábamos a la cocina y nos encontrábamos con una inmensa piedra porosa en forma de embudo sostenida sobre un banco de madera. Sobre la piedra, hueca por el lado de arriba y hasta más de la mitad de su tamaño, se llenaba con agua, la cual salía constantemente por la parte de abajo, gota a gota cristalina y fresca, y se depositaba en un jarro grande de barro rojo, del cual la tomábamos con una taza de peltre o con un cucharón, también de peltre, y la vaciábamos a un vaso de vidrio.
Durante cientos de años, las comunidades rurales de México han bebido agua destilada con filtros de cantera, fabricados por artesanos expertos. Sin embargo, hoy esta costumbre se ha perdido por progreso tecnológico.
En algún momento de la historia nace el concepto de agua potable que engloba características de seguridad microbiológica y cualidades físicas que la hacen inocua y agradable a nuestros sentidos. Gran parte de la historia del tratamiento del agua gira precisamente en torno al desarrollo de sistemas para asegurar su potabilidad.
Entre los años 4000 y 2000 a.C. existen registros de métodos de potabilización como hervir el agua, ponerla al sol, introducir trozos de cobre o plata y filtrarla a través de carbón, leña o arena. Habitualmente el agua se filtraba en las casas de manera individual; a principios del siglo 19, en Escocia, se instalaron por primera vez filtros para toda una población. Veinticinco años después, en 1829, se construyó en Londres la primera planta de filtros lentos de arena. A medida que la demanda de agua filtrada aumentaba, se fue estudiando más a fondo el trabajo de los filtros y se descubrió que no sólo hacían un proceso de cribado, sino que también transformaban la materia orgánica. Con el surgimiento de la microbiología, a mediados del siglo 19, se le fue dando cada vez mayor importancia al aspecto bacteriológico de la filtración, y a finales de siglo muchas ciudades ya habían construido plantas de filtración.
El grado de desarrollo de una sociedad puede medirse de muchas maneras, pero a lo largo de la historia las infraestructuras para manejo del agua han sido un gran indicador al respecto.
En México, desde la instalación de los primeros acueductos que llevaban el agua a las poblaciones, estábamos acostumbrados a tomar el agua de la llave. Pero esto cambió radicalmente debido a dos sucesos importantes: el sismo de 1985 y la epidemia de cólera de 1991. A partir de entonces se creó la demanda de agua embotellada que, además, se convirtió en un negocio de miles de millones de pesos. El mercado que lideran Coca-Cola, Nestlé, PepsiCo y Danone ha instaurado un completo sistema de mercadotecnia y publicidad. Es tal el consumo en México que ha sido durante varios años el mayor consumidor de agua embotellada en el mundo, con un promedio de un litro por persona al día.
El contenido de calcio y magnesio en muchas de las aguas embotelladas tratadas por ósmosis inversa es prácticamente nulo, lo que, según un informe de la OMS, puede tener efectos negativos para la salud, aunque algunas marcas los empiezan a agregar. Los síntomas más evidentes de la falta de estos minerales incluyen: cansancio, debilidad y dolor de cabeza. Y los síntomas más severos son: calambres musculares y alteraciones de la frecuencia cardíaca. Además, en los niños el desarrollo de su estructura ósea será débil y propenso a tener osteoporosis en la edad adulta y en las personas mayores sus huesos se debilitan.
En el caso de Saltillo, por obra de la naturaleza contamos con agua de excelente calidad que proviene de los pozos que alimentan la red de distribución. Por insistencia de la Asociación de Usuarios del Agua de Saltillo, que ha dado seguimiento a la gestión de Aguas de Saltillo, la empresa obtuvo el Certificado de Calidad Sanitaria del Agua de parte de la Secretaría de Salud de Coahuila, por lo que se puede tomar directamente de la llave, siempre y cuando se tenga el tinaco en perfectas condiciones de limpieza. Si el agua que entra a la casa viene directamente de la tubería de la calle, se puede tomar sin ningún problema. En nuestra casa, nunca hemos comprado un solo garrafón, siempre hemos tomado de la llave, pasándola por un pequeño y económico filtro colocado en la tubería de la llave. También se puede agregar dos gotas de Cloralex por litro de agua y dejar reposar 10 minutos para desinfección garantizada. De esta manera no se gasta ni un solo peso en comprar el agua embotellada.
Es importante conocer que el costo del agua de la llave es de 6 a 50 pesos por 1000 litros –dependiendo del consumo. Tomando el valor de 6 pesos el litro de la llave cuesta 0.6 centavos contra el costo en un Oxxo entre 10 y 14 pesos, lo que equivale a más de 2 mil 300 veces lo que cuesta la misma cantidad de agua de la llave. Estos valores cambian de acuerdo a los costos de un litro.
El agua embotellada sigue siendo un negocio líquido que se lleva una parte del salario y perjudica la salud, mientras nosotros lo permitamos.