Agobiante humanismo

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Agobiante humanismo

Alardear con los derechos humanos se ha convertido en la undécima plaga bíblica de este País, con instancias en todos los ámbitos de los poderes públicos y con un dogmatismo propio del Santo Oficio, conformado por una costosa burocracia y por las nuevas “almas grandes” del activismo social, aunque decirlo resulte políticamente incorrecto.

Y es que la mención sistemática de los derechos humanos ha sido una cortina de humo de los malos Gobiernos, de la criminal ineficiencia en la procuración de justicia y la galopante corrupción de los jueces que liberan con ese pretexto a los criminales, que es para lo que más ha servido ese humanismo ramplón.

Una farsa que el suscrito ha padecido al menos en tres ocasiones, sin pretender con ello descalificar el activismo y mucho menos buscar la victimización, que es otra monserga inherente al plañidero humanista.

Primer caso. El hijo menor de este columnista cursaba el primer grado de primaria en la Escuela Anexa a la Normal. Una madre de familia amenazó con acudir a los derechos humanos por la conducta del menor que no era nada fuera de lo normal. Los docentes echaron al niño de la escuela como “violador de derechos humanos” y tuvo que ir a otra escuela oficial donde todo fue normal ¿Quién violó los derechos humanos? Pues esa burocracia del SNTE que, al igual que los de la CNTE, son los que más pisotean los derechos de la niñez de este País, un acto en verdad inhumano de suma gravedad.

Otro caso sucedió en Parras, donde un alcalde y sus esbirros agredieron a este columnista por las críticas a su gestión. La amenaza que era constante fue hecha del conocimiento del entonces secretario de Gobierno Armando Luna Canales, quien cínicamente contestó: “Somos de los mismos”. Y no hubo de otra más que el exilio de Parras por temor a un atentado mientras Luna Canales se convertía en el ombudsman de Coahuila a pesar de su apoyo a la pena de muerte, una charlotada más de los mentados derechos donde lo más humano de todo este sainete fue aquel grito desgarrador de una madre de la más alta burocracia clamando al cielo: “¡Mi hijo es intachable!”.

El colmo de este burlesque humanista lo protagonizó esa gran actriz del lamento y la victimización que también avista ovnis electorales desde el IEC. Dizque este columnista pretendió desnudarla al grito de “¡Fuera ropa!”. Vive Dios que no. Y fue entonces que David Aguillón le ordenó convocar el apoyo de todos los gusanos de carcoma de este País con sueldos superiores al del Presidente de la República, desde Lorenzo Córdova hasta los magistrados electorales que en su defensa firmaron un desplegado condenando al suscrito. Todo el poder del Estado ($) avasallando a un particular ¿Y sabe qué? Que este ciudadano se sigue mofando de esos parásitos, nomás vea usted el reloj ridículo en la página electrónica del IEC, es el auténtico tic-tac de unos haraganes: ¡Fuera máscaras, bribones!

RIPIO

La ley, según Xicoténcatl, impide que la policía se acerque a menos de 5 kilómetros de un refugio de migrantes. Usted, con documentos y en su propio País llega a un hotel y cualquier autoridad va e investiga quién se hospeda en el lugar ¿No le parece absurda esa ley? Otra más de los derechos humanos.