Agenda social (4)

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Agenda social (4)

Mis teorías y tesis, de tan osadas o de plano, disparatadas, se cumplen. No pocos lectores se han comunicado con este escritor para comentarme de varios ángulos y aristas de mis letras. Una de ellas, cuando he hecho referencia en mofa o de plano, cínicamente, de que las vacunas contra el COVID-19 son de  agua de horchata. Al parecer, sí lo eran. Sí lo son. La bomba ha explotado y como siempre, han sido investigaciones periodísticas las que nos han alertado sobre la verdad, la triste y terrible realidad que nos rodea en este México, el país de un sólo hombre llamado Andrés Manuel López Obrador.

Univisión y la organización “Podemos” en días pasados (lunes 21 de junio), publicaron un reportaje donde alertaron de lo siguiente: México contrató 35 millones de vacunas (de la vacuna un tanto rara y la cual no pocos países en el mundo rechazan, la china CanSino) con una empresa “fantasma” de apenas cuatro empleados con domicilio en Suiza, “Latam Pharma Inovative Ventures”. Cuatro empleados en Suiza los cuales van a surtir 35 millones de dosis ¿con qué logística, con qué equipo, cómo van a hacer el embalaje, los tiempos y formas de envío y recepción aquí, habrá un manejo y control de dichas vacunas las cuales no están en riesgo de perderse…? En resumen: cuatro empleados en Suiza para enviar a México 35 millones de dosis de vacunas de… agua de horchata.

Es decir, es sencillamente una empresa que simula competencia económica, de servicios y de salud farmacéutica la cual con sólo 4 empleados, ha obtenido un contrato millonario del gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador. Mientras el gobierno federal oculta información, como siempre, los periódicos y los periodistas son los que sacan a la luz pública este tipo de corrupción de los que se decían “ser diferentes”. Pero, han terminado por ser peores que sus antecesores en el gobierno, llámense del PRI o del PAN. Hace días Hugo López-Gatell se despedía de sus conferencias diarias en las cuales engañaba y adocenaba a sus ovejas en el matadero de la pandemia, con música de mariachi. Un insulto a las víctimas, más de 700 mil muertes en el país por coronavirus, según estimaciones y mediciones serias de investigadores e instituciones independientes en el mundo.

Los malos ejemplos siempre son imitados. Aquí en el pueblo, así como inició, así terminó su “campaña” rumbo a la Alcaldía de Saltillo, Armando Guadiana Tijerina (“DJ Bigotes”). Inició bailando en un antro del centro, mientras en el país bramaba el bicho y se llevaba en su mordedura a más de 200 mil mexicanos en ese entonces (según cifras oficiales). Ya luego, “DJ Bigotes” siguió bailando en cuanto evento contrataba con sonoras, grupos y antros para su “campaña”. Así terminó: bailando y disfrazado de botarga de sí mismo. ¿Mi ciudad a la cual amo y detesto a partes iguales, se merecía un Alcalde de baja estofa como “DJ Bigotes”,  político similar y pálida imitación de AMLO y López-Gatell? Absolutamente no.

ESQUINA-BAJAN

Punto uno: por eso es agradecible, fue agradecible que José María Fraustro Siller, “Súper Chema”, parte de su campaña, amén de presentar un plan detallado de innovación, desarrollo y mantener la calidad de vida citadina (liderazgo y calidad de “Top Ten” que deja a Saltillo en los primeros niveles nacionales y de estándar internacional, bajo la égida del “Cowboy urbano”, Manolo Jiménez) la basó en una tirada de naipes: seriedad, dirección y mano dura en la política.

Punto dos: nadie, nadie está a gusto con la vida que se lleva actualmente. Cuando voy a merendar, cuando salgo a algún bar citadino a tomar un par de cervezas heladas o simplemente salgo a surtir mi despensa, cuando amables lectores se acercan a saludar e intercambiar palabras conmigo, hay un común denominador: todos están (estamos) hartos de la política y me piden una y otra vez, dedique más tiempo y letras a la cultura. Es decir, abordar reseñas de artistas y su música, biografías de escritores y pintores, vidas al límite, novedades editoriales y, me comentan, piden que siga abonando letras a mi vida misma. Mala (o buena) fama que me he creado. 

Punto tres: dos episodios recientes para ejemplificarle que este ya no es mi mundo y también, ejemplos de que la vida se ha lumpenizado a pasos de gigante con esta maldita pandemia del bacilo chino. Lo siguiente no es broma. Desgraciadamente. Hace poco caminando por el exterior de un centro comercial, un hombre el cual deambulaba como avestruz, con la mirada clavada en su “celular inteligente” (lo que eso signifique), me habló cuando caminé y lo dejé atrás. Me preguntó: “Oiga señor, ¿sabe dónde está la tienda naturista XYZ…? Es que aquí en el celular me marca el mapa, pero no la encuentro”. Insisto, pensé era una broma. Justo, justo me preguntó lo anterior en la entrada principal de la tienda que buscaba… de locos.

Punto cuatro: lo siguiente tampoco es una broma. Desgraciadamente. Con motivo de una saga de textos que aquí en VANGUARDIA le voy a presentar para abordar esa temática ya demoniaca de la violencia sin fin en el país y la maldad, la torva y despiadada maldad que es una carnicería y sangría en los mexicanos, y para presentarle la cita precisa y exacta, traté de encontrar para releer en mi biblioteca dos libros: “Los bandidos de río frío” de Manuel Payno y “Oliver Twist” de mi amado Charles Dickens. Me cansé de buscarlos. Ni uno ni otro. No hay en ninguna librería. Las bibliotecas, cerradas. Y ojo, caray, son lecturas juveniles, digamos. Libros que todo mundo debemos de tener en nuestros anaqueles. Me fui a Monterrey… sólo conseguí uno. Puf.

LETRAS MINÚSCULAS

Tenemos dos grandes focos de infección: cultura y educación. A nadie importan.