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Agenda política (9)
Días aciagos, amargos se abaten sobre México. No hay tregua ni reposo. Caminamos hacia el caos. ¿Se puede evitar? Absolutamente sí. Usted y nadie más tiene en su mano el poder de cambiar a México en este próximo periodo electoral. Cada voto cuenta, cada mano esperando unir a otra, cuenta. Es una cadena de ciudadanos libres y pensantes los cuales no deben ni debemos apocarnos. Jamás. Hay un común denominador en las huestes de Morena y los claques ciegos y sordos seguidores de Andrés Manuel López Obrador: no todos, pero la gran mayoría son tontos y han elegido quedarse en esa línea de la ignominia latente y siempre viva.
Usted lo sabe, cuando quiero clarificar mis torpes ideas en política, leo literatura. Siempre leo literatura. De preferencia, aquellos libros y autores a los cuales definimos como clásicos. Gustav Flaubert lo dijo: “Ser tonto, egoísta y tener buena salud, he ahí las tres condiciones para ser feliz. Pero si os falta la primera todo está perdido”. Así nos quiere López Obrador: tontos, grifos y pendejos. No lo va a lograr. Espero que no. Ni en corto ni en lejano tiempo. ¿Qué hacer? Exactamente lo contrario: ser inteligentes, ir un paso más adelante que las autoridades, prepararnos diario y ejercer ese atributo divino: la libertad. Y sin duda, tener ideales, esperanzas, derroteros tan amplios y lejanos, que nos cueste la vida llegar a ellos.
Y usted lo sabe, el prototipo siempre vigente y audaz de la libertad, el cual incuba todos nuestros anhelos y quiméricos sueños de idealismo y justicia, es aquel caballero enloquecido por leer tantos libros de caballería el cual dejó su hacienda para lanzarse a la aventura: don Quijote, el de la Mancha. No personaje, sino más hombre de nervios, tendones, linfa y huesos que cualquier “hombre real” que haya existido. Don Alonso Quijano, fruto de la vida, ensueño y pluma de don Miguel de Cervantes Saavedra. Pero, tanta profundidad material y espiritual personificada en el enjuto caballero, necesitaba un contrapeso, en este caso, personificado por un bruto, goloso y egoísta Sancho Panza.
Por eso las palabras de don Quijote de la Mancha aún resuenan en la eternidad al definir a su escudero: “Asno eres y asno has de ser y en asno has de parar cuando se te acabe el curso de la vida…” ¿Nota usted qué tremenda lección de idealismo y esperanza (Don Quijote) contra el patetismo, estupidez y conformismo de su contraparte (Sancho Panza)? Vote usted por el primero: por los valores de libertad e idealismo (la oposición) y vaya en contra de la tozudez y ocurrencias de los candidatos de AMLO y Morena.
Repasemos someramente a otro clásico, sin duda, un padre para todo el mundo: William Shakespeare. En su soneto 83, al mantener un diálogo y diatriba contra su musa, contra su amada, en el verso nueve, escribe: “Me culpas del pecado de quedarme en silencio.” ¡A otro público con semejantes versos! Estimado y querido lector: que no lo culpen de quedarse en silencio. Vaya a votar, de preferencia y si es posible y usted está convencido, contra Morena y AMLO.
ESQUINA-BAJAN
Punto uno: y al parecer, los que ya están convencidos son un electorado pensante, inteligente y aguerrido en varias entidades de la República Mexicana. Morena inició a tambor batiente las elecciones y se creían invencibles. Con el paso de los días y las semanas y con los yerros y estupidez y ocurrencias de todos ellos, empezando por AMLO, el electorado se ha desengañado y ya los castigan a días del 6 de junio. En Campeche, la ex-priista y ex-foxista Layda Sansores, ahora candidata de Morena al gobierno de aquella bella entidad, se ha caído estrepitosamente en las intenciones del voto popular.
Punto dos: para festejar la victoria, se necesita primeramente eso, ganar, se necesita la victoria. En Nuevo León, la ex priista y ahora morenista Clara Luz Flores, se creía ganadora de la contienda… Después de la aporreada que le puso Adrián de la Garza, marcha en un ominoso tercer y cuatro sitios. Su candidatura se desfondó. Por eso los señalamientos con índice de fuego de AMLO en contra de los candidatos punteros, Adrián de la Garza y un impresentable nuevo “bronco”, Samuel García. Para bien de todos, esperemos que gane Adrián y claro, pierda Morena Nuevo León, como va a perder en Campeche y en San Luis Potosí.
Punto tres: otro denominador común en estas elecciones: ante las miserias intelectuales de López Obrador y su manera de “comunicarse” con sus gobernados (“fuchi, caca…” espetó hace poco), sus hijos putativos, como aquí lo es Armando Guadiana y Tijerina (un tiempo fue priista, luego su esposa, Lupe Mandujano fue candidata a una diputada local por el PAN; luego Armando Guadiana se hizo “independiente”, lo que eso signifique, puf. Que mescolanza de “ideologías”, es decir, no saben lo que son), éste ha retomado puntadas y ocurrencias como planes de gobierno para Saltillo.
Punto cuatro: hace poco Guadiana llegó a una rueda de prensa en el Mesón Principal, feudo de don Braulio Cárdenas. Llegó arrastrando los pies, como siempre. No saludó a nadie y ni siquiera lanzó una mirada a los comensales. Entró ensimismado a su rueda de prensa. Se le nota harto, aburrido, fastidiado de ir al matadero en las urnas. En fin, es su sino y condena. 76 años de edad le pesan en las rodillas y columna.
LETRAS MINÚSCULAS
“Ni mis cinco sentidos ni toda mi agudeza/ pudieron disuadir a un corazón tan loco”. William Shakespeare. Vaya usted y vote con sus cinco sentidos, lector.