Agenda política (1)

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Agenda política (1)

Fue en Semana Santa, fue cualquier día. Días lerdos, de oración, recogimiento y un poco de claridad espiritual dentro de esta pandemia bíblica la cual no cede. No va a ceder dentro de poco tiempo. Fue cualquier día, recibí una llamada en mi desvencijado celular. Era el mismísimo abogado, el oficial mayor del Congreso del Estado, Gerardo Blanco Guerra. El asaz lector y el hombre que más sabe sobre cuestiones electorales en Coahuila, me extendió una invitación para almorzar. Le dije que con gusto, cualquier día sería un buen día para compartir un café y alimentos.

Fuimos al acreditado “Mesón Principal”, feudo del empresario Braulio Cárdenas. Aquello era un éxito. Una romería. Familias de saltillenses bien nacidos, departiendo con un poco más de tiempo y holgura al habitual del ajetreo y trabajo diario. En una mesa conversaban el líder de los trabajadores de la CTM, Tereso Medina y el comunicador de los medios electrónicos, Arnulfo Favila. Enfrascados en temas álgidos, los saludé sólo un momento. En otra mesa departía con un contertulio, el candidato a la Alcaldía de Ramos Arizpe, el ave de tempestades Ariel Maldonado Leza, quien gentil y galante, se paró a saludarme y al abogado Blanco Guerra.

Ya en la tertulia con Gerardo Blanco (por lo general en nuestras reuniones,  nos intercambiamos “gato por libre” en materia de libros, revistas y publicaciones diversas), este me hizo una apreciación pertinente: rebautizar este espacio el cual lo titulábamos como “Agenda saturada”, por el mejor puntualizado de “Agenda política”. Los motivos son obvios y es el tema del día a día con las campañas electorales y las elecciones ya en la puerta de nuestra residencia. Me gustó su propuesta la cual hoy tomo en mi pluma. La tradicional “Agenda saturada” de temas, pues ahora muta a “Agenda política” y claro, la política lo permea todo, lo engulle todo y todo, todo tiene una arista política. Para bien y para mal.

Punto uno: ¿Regresar a clases es asunto el cual hay que discutirlo desde el punto de vista de salud, educativo o de plano, es tema político? El daño es brutal, usted lo sabe. Los niños y jóvenes no aprenden vía remota. El atraso es abismal y se presenta con mayor incidencia en las clases menos favorecidas económicamente. Bajo un determinismo darwiniano, los jodidos, jodidos seguirán. ¿Los altos, fuertes y ágiles? Pues ellos y sólo ellos podrán saltar el muro y alambradas hacia Estados Unidos y seguirán vivos y trabajando en la pizca.

¿De verdad los niños y jóvenes han sido un factor de contagio, un gran riesgo de contagio para sus familias, para los adultos y sobre todo, para sus abuelos? Eso se hizo pasar como verdad por todo un año, un largo y penoso año de pandemia. Al parecer, la realidad es otra. Menores de edad no son un foco de contagio, lo anterior en base a un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (16 de diciembre de 2020).

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Punto dos: en dicho estudio realizado en Estados Unidos en 80 mil casos estudiados y materia de análisis, 95 por ciento de los contagios pasaron de adulto a adulto. Sólo 5 por ciento de contagios pasaron de un niño a un adulto. ¿Qué hacer entonces y de un solo golpe? ¿Mandarlos a la escuela sin retraso alguno o esperar a que los maestros estén vacunados? Sólo que hay una cosa: cuando no miente, Andrés Manuel López Obrador engaña. Tiene semanas enteras declarando diario de la llegada de millones de vacunas gratuitas para la población, pero lo cierto y los hechos son que al día de hoy, van apenas… 9 millones y fracción de mexicanos vacunados. Con una población de más de 126 millones de personas. Nada.

Punto tres: el partido que huele a incienso, mirra y mortaja, el PAN, pues, está a punto de desaparecer de Coahuila. De hecho, tiene más simpatizantes en los medios de comunicación (editores y columnistas; sobre todo “Las viudas de Palabra”, aquel diario que se plantó de espaldas a Saltillo y de frente a Monterrey), que militantes o miembros adherentes. El daño provocado por Jesús de León y Guillermo Anaya es profundo y cruel. Nunca, jamás educaron a sus acólitos (la invisible clase media) y nunca dictaron catecismo a sus nuevas generaciones; hoy están solos con una “candidata” a la Alcaldía de Saltillo, que ha encontrado en la política su “modus vivendi”, Tere Romo. Quien ya perdida, va también como “Síndico de Vigilancia” vía libre cuando gane “Súper Chemota”. Este y no otro, es el PAN.

Punto cuatro: Andrés Manuel López Obrador se muestra desesperado. Huelen en el ambiente su derrota. Por eso, ha recrudecido la guerra contra todos y contra todo. Al Instituto Nacional Electoral, al INE, de plano, dijo el troglodita de Mario Delgado, hay que “extinguirlo”, ojo con la jerga nazista de por medio. AMLO aumenta becas, autoriza miles y millones más, viaja, anuncia más obras suntuosas, amaga con leyes draconianas, alienta otras. Es decir, es la desesperación ante una inminente derrota.

Punto cinco: el “Cowboy urbano”, Manolo Jiménez, el alcalde de mi ciudad, sigue sin descansar. No hay tregua ni reposo en su agenda cotidiana. Su equipo y él mismo, como director de orquesta sinfónica, toca y dirige por nota. Diario, entrega obras (Centro Comunitario Misión Cerritos, programa “Empleo temporal”, otorga becas escolares…), supervisa, atiende a los ciudadanos, a todos. Su gestión es puntal de una campaña que rápido ha prendido la de José María Fraustro Siller, “Súper Chemota”. 

LETRAS MINÚSCULAS

Armando Guadiana tiene un solo problema: gastar su dinero. En próximos textos los abordaremos a ambos.