Afición lagunera arropó a los campeones, así se vivió el festejo del Santos Laguna

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Afición lagunera arropó a los campeones, así se vivió el festejo del Santos Laguna

Francisco Rodríguez
Miles de personas salieron a las calles para festejar el sexto título de Liga de sus Guerreros

Fiesta, cantos, porras y orgullo. El desfile del campeón Santos Laguna estuvo enmarcado por el júbilo de miles de laguneros que salieron a las calles para festejar con sus ídolos.

Francisco Rodríguez

La caravana guerrera no detuvo el paso. Así como no le importó al equipo dejar en el camino a Tigres, América y Toluca en la Final, así el camión que llevaba a los campeones no se detuvo. Inició en Lerdo, Durango, después de las 5 de la tarde. A paso lento, el desfile avanzó sin tregua, acompañado por los fieles escuderos: los aficionados.

Ni un incidente donde se incendió una planta de luz del autobús antes de iniciar la caravana, evitó que los jugadores y directivos buscaran el cobijo de la gente. Atrás, porristas y una banda grupera amenizaban.

Chicos y grandes se dieron cita para festejar con su equipo. Martín Ríos llegó con toda su familia de cuatro integrantes. “Mi hijo el menor estaba muy chico cuando el último campeonato y por eso quería venir para traerlo y supiera lo que es”, comentó.

Francisco Rodríguez

Sobre las calles, un río de personas vestidos todavía con la playera santista, ondeaba banderas y aventaban espuma. Juan, un chico de 15 años, no perdió la oportunidad de sacar su celular para captar en video a los guerreros, a unos metros de distancia. “No se sabe cuándo seamos campeones otra vez, hay que disfrutarlo”.

Francisco Rodríguez

Arriba, el capitán Carlos Izquierdoz, Alcoba, Orozco y hasta el presidente del club, Alejandri Irarragorri, azuzaban a la gente a corear cánticos y porras: “Duro, duro, duro”, gritaba Irarragorri. “Capitán, capitán, capitán”, animaba a la gente a que corearan al Capi Izquierdoz. Después traía a Julio Furch y también pedía a la gente que vitorearan su nombre.

Francisco Rodríguez

Los jugadores arriba del camión bebían cerveza y en ocasiones aventaban el alcohol a la gente, que se emocionaba porque los bañaran. Los campeones lanzaban camisas y gorras, y la a turba, excitada, se lanzaba para atrapar los objetos.

Familias esperaban en los camellones. Algunos llevaban sus sillas montables, otros se subían a los coches, unos más ponían en el estéreo el himno del Santos. Los jugadores coreaban “…que se escuche nuestra voces, Santos campeón”.

Francisco Rodríguez

En Torreón, Edith y Toño, junto a su hijo, esperaron por una hora para que pasara el camión de los jugadores. “Valió la pena, son momentos que le quedan a uno”, dijo Edith.

La gente coreaba nombres: “Siboldi, Siboldi”, y el entrenador campeón, al frente del autobús, como el capitán que lleva el barco, ondeaba la bandera santista como si avisara su llegada al puerto final. “Abella, Abella”, también gritaron. “Angulo, Angulo”, y el joven sensación alzaba un brazo y empujaba la porra. 

Francisco Rodríguez

Al final, el desfile duró casi 3 horas. En Lerdo, Gómez Palacio y Torreón, la gente se volvió una sola: la afición santista que disfrutó junto a sus jugadores haber obtenido la sexta estrella del club, se fundió en un momento de júbilo y algarabía. El campeonato de futbol hecho fiesta.