Advierten expertos ‘segunda pandemia’ ante desatención de enfermedades crónico-degenerativas

Se calcula que entre 2030 y 2045 habrá un aumento de muertes por diabetes, afecciones del corazón e infarto cerebral
Alertan que en los próximos años los pacientes con padecimientos crónicos llegarán a las áreas de urgencias con un avance grave de la patología: descompensación de la diabetes, infartos al corazón o infartos cerebrales, por mencionar algunos ejemplos. CUA

CDMX.- La emergencia sanitaria desatada por el COVID-19 provocó la demora y suspensión de tratamientos en varios pacientes con enfermedades crónico-degenerativas en México. Además, evidenció la incapacidad del sector salud en cuanto a infraestructura y personal capacitado para hacer frente a estos problemas.

Así lo considera Daniel Sánchez Arreola, presidente de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME), al advertir una “segunda pandemia” como resultado del retraso en atención y seguimiento en este tipo de padecimientos. “Es una bomba de tiempo. De por sí, ya teníamos una mortalidad muy elevada por estas enfermedades. Nosotros, como médicos en urgencias, lo vimos en los hospitales. Primero, que el coronavirus llegó en una etapa donde el sistema no estaba preparado para atender a tantos pacientes. Y, segundo, fue todo un reto dar tratamiento a estos, más los pacientes respiratorios que llegaron a urgencias”, señala.

SUSPENDER CONSULTAS

Como consecuencia del año que llevamos con la pandemia, muchas de las personas dejaron de acudir a sus consultas de seguimiento por temor a contagiarse o porque, sencillamente, las salas de consulta están cerradas por la reconversión para atender casos de COVID-19.

Al no seguir el tratamiento, en los próximos años llegarán a las áreas de urgencias con un avance grave de la patología: descompensación de la diabetes, infartos al corazón o cerebrales, por mencionar algunos ejemplos.

“Esto ya era una pandemia antes del COVID-19, sólo que el mundo, en general, no prestaba atención a lo que ya estábamos viviendo. Si no hacemos una intervención pronta en los siguientes 10 o 15 años, se calcula que, entre 2030 y 2045, habrá un crecimiento exponencial de muertes por diabetes, afecciones del corazón e infarto cerebral”, alerta Sánchez Arreola.

Pacientes dejaron de acudir a sus consultas de seguimiento por temor a contagiarse o porque las salas de consulta fueron adecuadas sólo para atender casos de COVID.

FASE AGUDA

Estas enfermedades crónico-degenerativas se presentan en su fase aguda como cuadros tiempo-dependientes, es decir, que el tiempo depende mucho del pronóstico. Entre más temprano se llegue con el especialista para recibir el tratamiento adecuado, mejor calidad de vida tendrá el paciente. En especial, si hablamos de casos de infarto al miocardio y de enfermedad vascular cerebral.

“Antes de que entrara la pandemia de COVID-19, México y el mundo ya tenían un grave problema de salud. Tenemos registradas casi 400 mil muertes de pacientes por enfermedades cardiovasculares al año. Esto quiere decir que fallecieron por causas meramente cardiacas y lo más común es el infarto al miocardio”, detalla el presidente de la SMME. De acuerdo con el doctor, lo primero es que la población identifique sus factores de riesgo para contribuir a un diagnóstico temprano.

GLAUCOMA

A propósito del Día Mundial del Glaucoma, el cual se conmemoró el pasado 12 de marzo, los especialistas también colocan a esta neuropatía óptica dentro de las enfermedades crónicas porque es una patología progresiva, degenerativa e irreversible. Por si fuera poco, se trata de la segunda causa de ceguera a nivel mundial, sólo después de las cataratas.

“Una vez que se establece el daño de las fibras nerviosas, el campo visual se empieza a dañar, así que ya no hay vuelta atrás. Es una enfermedad crónica que no se cura. Sólo se puede diagnosticar, tratar y detener su avance”, puntualiza Gabriel Ochoa Maynez, subdirector médico de la clínica de oftalmología Salauno.

De acuerdo con el especialista, existen varias clasificaciones del glaucoma. Sin embargo, los principales son el de ángulo abierto y el de ángulo cerrado, que se caracterizan por un aumento de la presión intraocular, es decir, presión dentro del ojo.

MEDICINA PREVENTIVA

“El más frecuente es el glaucoma primario de ángulo abierto y es totalmente silente: el paciente no va a tener dolor ocular ni visión borrosa hasta que el daño está muy avanzado. De ahí que sea tan importante hacer una detección a tiempo”, subraya Ochoa Maynez.

El oftalmólogo comparte que las personas deben estar pendientes de los factores de riesgo que ya están estudiados. Por ejemplo, la etnicidad, antecedentes familiares en primer grado, edad y defectos refractivos: la miopía está más asociada al de ángulo abierto y la hipermetropía, al de ángulo cerrado. Otros factores son los padecimientos de origen vascular como la diabetes, hipertensión y migraña. Por último, explica que la presión intraocular es el hallazgo, por medio de la exploración oftalmológica habitual, que está mayormente relacionado con el glaucoma y es el único factor modificable para su progresión.

“La medicina preventiva es la mejor opción para evitar daños irreversibles y, posteriormente, más caros para el paciente”, menciona el médico.