Adultos mayores: prioridad en salud, no en movilidad
Los adultos mayores son considerados un sector vulnerable y por eso en Coahuila es prioridad cuidar su salud con la vacuna contra el COVID-19; sin embargo, en Saltillo viven una cotidianidad hostil al salir de casa, pues la infraestructura peatonal no es accesible ni segura para ellos, además penalizan su movimiento con construcciones elevadas (puentes “peatonales”) o atractivos turísticos que miles no pueden utilizar. Por si fuera poco, las y los abuelitos son una de las principales víctimas mortales de atropellamientos a nivel nacional.
En la capital coahuilense viven 35 mil 525 personas con discapacidad o limitación para caminar, subir y bajar; de las cuales 21 mil 752 tienen 60 años o más; todas ellas no pueden subir un puente debido a que no hay pasos seguros a nivel de calle, como sí se están construyendo desde hace años en Ciudad de México, Morelia, Puebla, Sinaloa, entre otras ciudades del país, de acuerdo con expertos en urbanismo y movilidad.
El número no representa a un gran volumen de población, pero si se suma a las personas con limitaciones o discapacidades de todas las edades, la cifra asciende a 105 mil 830 habitantes en riesgo por infraestructura inaccesible, es decir, al 12.02 por ciento de la población total de Saltillo, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI.
Si el número sigue pareciendo una minoría, en realidad representa a más de una tercera parte de la gente que trabaja en Saltillo, pues en palabras del alcalde Manolo Jiménez Salinas: “más de 300 mil saltillenses tienen la oportunidad de salir a trabajar” en la reactivación económica de la Región Sureste. Todas las personas con un tipo de discapacidad o limitación tampoco pueden subir a la obra emblemática de esta administración: el Mirador.
SE PROMUEVE ALTA VELOCIDAD
“Cuando tienes una persona que no puede subir y que necesita ir a otro lado, estás invitando a una conducta de riesgo. Si vamos al tema de los puentes peatonales es un doble error: un puente que está limitando la conectividad o accesibilidad de un punto a otro, y por otra parte, tienes una vía con muy alta velocidad, porque la misma infraestructura está invitando a que vayas a alta velocidad”, explicó Parménides Canseco, consultor en movilidad.
A esto se suma otro problema: la falta de semáforos peatonales en cruces de diversas vialidades, pues casi todos los semáforos de la ciudad están sincronizados para el movimiento de vehículos motorizados, y las personas deben sortear el traslado (no hay franjas de paso peatonal o son invadidas por automóviles), y no todos los 89 mil 453 adultos mayores que viven en la capital de Coahuila se desplazan a esa velocidad.
“Una persona mayor tiene una velocidad menor de cruce, si no tiene un momento de semáforo para llegar a un punto o resguardarse, difícilmente lo podrá hacer”, criticó el especialista.
Los puentes y cruceros sin pasos o semáforos peatonales no solo ponen en riesgo a los adultos mayores y personas con discapacidad, sino también a niñas, niños y sus acompañantes, pues mucha gente en condición vulnerable necesita asistencia para desplazarse (movilidad de compañía).
En suma, esta infraestructura está marginando y poniendo en riesgo a más de 156 mil 548 niñas y niños de hasta nueve años y sus acompañantes, lo cual duplicaría la afectación de estas construcciones consideradas obsoletas en otras partes de México y el mundo.
SIN CRITERIO PARA PUENTES ‘PEATONALES’
Normalmente los puentes “peatonales” son ubicados en lugares de mayor afluencia de caminantes, por ejemplo, afuera de hospitales, escuelas y plazas públicas, zonas que por reglamento son de tránsito lento y los automovilistas tienen la obligación de ceder el paso al peatón, señaló Antonio Godoy González Vélez, titular de la Secretaría de Movilidad y Espacio Público (Semovep) de Morelia.
“Si tú construyes un puente peatonal elevado, estás fomentando que haya incluso velocidades altas, y ahora sí no hay necesidad de detenerse”, señaló. En su experiencia en Morelia, la Semovep desarrolló una Norma Técnica para el Diseño de Calles que deben cumplir todas las obras nuevas, las cuales deben contemplar estrategias de seguridad vial, pacificación y construcción de cruces seguros.
LOS CRITERIOS EN SALTILLO
Con esta normativa, se construyeron 180 cruces seguros en Morelia y se retiraron dos puentes “peatonales”, porque “si todas las personas no pueden usar esa infraestructura, ya de entrada estás generando una marginación, una segregación de un sector de la sociedad, cuando la realidad es que la infraestructura debe servir para todos”, explicó.
En el caso de Saltillo hay puentes como los ubicados en la calle Reynosa, entre Cuatrociénegas y bulevar Saltillo en la colonia República, afuera del Instituto Tecnológico de Saltillo (ITS); otro en bulevar Musa de León, entre José María Rodríguez y general Medrano de la Peña, afuera de la Universidad Autónoma del Noreste (UANE), zonas donde el artículo 13 del Reglamento de Tránsito municipal obliga a disminuir la velocidad a 30 kilómetros, hacer alto y ceder el paso a escolares y peatones.
“En Saltillo no existen criterios para poner un puente peatonal, y la perspectiva es desde el punto de vista de quien va en coche. No es un puente para que la gente cruce de manera cómoda, segura y atractiva”, puntualizó el especialista Parménides Canseco.
Para los 89 mil adultos mayores, además de personas con discapacidad, niñas, niños y sus acompañantes, no es cómodo porque no todos pueden subir escaleras o rampas inmensas, no es seguro porque no tienen mantenimiento ni iluminación y se propician los actos delictivos, y no es atractivo porque obliga a recorrer el triple o el cuádruple de distancia y tiempo.
“Lo que están haciendo es facilitar la circulación de vehículos a costa de ofrecer una solución supuestamente peatonal pero que penaliza al peatón, que es el usuario de mayor nivel de vulnerabilidad, y beneficia al vehículo”, agregó Canseco.
HAY LOS QUE INCUMPLEN MEDIDAS DE ACCESIBILIDAD
Otro problema es que hay puentes “peatonales” en la ciudad que no cumplen con normas de accesibilidad universal. Por ejemplo, el ubicado en el periférico Luis Echeverría Álvarez frente a la Central de Autobuses de Saltillo cuenta con escalones; además está ubicado entre dos cruceros
semaforizados.
Otro ejemplo, el puente ubicado afuera del Hospital del Niño sobre el bulevar Nazario Ortiz es tan angosto que no caben dos personas, mucho menos dos sillas de ruedas que se encuentren en algún punto del trayecto, además la elevación de las rampas es un obstáculo y pone en riesgo a los usuarios.
SIN VOLUNTAD PARA MEJORAR
En septiembre de 2020 el alcalde Manolo Jiménez Salinas inauguró un puente “peatonal” en el bulevar Mirasierra y dijo que era una “petición muy sentida que nos hicieron”, para dar seguridad a las familias que cruzan por ahí.
Sin embargo, los expertos en urbanismo y movilidad opinaron que los “puentes peatonales son una barrera para que las personas puedan cruzar”, en palabras de Parménides Canseco, sobre todo en una vialidad donde a pocos metros hay semáforos, reductores de velocidad, una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora (en las señalética) y franjas de cruce peatonal que son ignoradas por los vehículos, además de que se encuentran despintadas.
“Muchas veces se solicita la construcción de un puente ‘peatonal’ porque es la solución que más se conoce, pero se desconoce que se pueden hacer otro tipo de intervenciones que son más integrales y generan beneficios para todas las personas”, puntualizó Antonio Godoy.
“La socialización no es sencilla, se requiere de voluntad, de autoridades que estén convencidas”, sostuvo el especialista de la Secretaría de Movilidad en Morelia.
De igual forma en enero del 2020, se inauguró el Mirador de Saltillo, referente turístico de la ciudad que margina a más de 100 mil personas con discapacidad, además de más de 89 mil adultos mayores, pues solo cuenta con escalones para subir.