Adiós, hombre máquina: Florian Schneider 1974-2020
El músico alemán, cofundador de la banda Kraftwerk, falleció el miércoles a causa de cáncer; tenía 73 años
Icono. Schneider, junto a Kraftwerk, creó hace 50 años la base de la música electrónica actual. Fotos: Especial
Pieza clave dentro de la historia de la música electrónica junto a su banda Kraftwerk, Florian Schneider falleció víctima de cáncer el día de ayer, según informaron medios internacionales.
Schneider, nacido en Öhningeny, posteriormente trasladado a Düsseldorf, comenzó a crear música con su amigo Ralf Hütter, ambos pertenecían a la primera generación nacida tras la guerra, sus influencias culturales eran anglosajonas, pero a la hora de crear música no tenían alguna referencia, despreciaban la música de sus padres y abuelos por los recuerdos nazis al igual que el rock estadounidense que no dejaba de provenir del país que los había invadido.
En dicha búsqueda crearon el krautrock, etiqueta despectiva creada por medios birtánicos para definir lo que pasaba en la Alemania en los setenta. Sus influencias provenían de la psicodelia, el jazz de vanguardia, la improvisación, el minimalismo y la temprana música electrónica.
Precisamente en esta última fue donde Schneider empezó a encontrar su propio lenguaje. Flautista, violinista y guitarrista, empezó a filtrar su flauta con procesadores electrónicos. Efectos que ya se notaban en los primeros discos del grupo, Kraftwerk 1, de 1970 y Kraftwerk 2, de 1972. Para entonces Schneider y Hütter ya habían fundado su estudio de grabación en Düsseldorf, Kling Klang Studio, donde no sólo ensayaban y grababan, también empezaban a crear los instrumentos necesarios para su visión de un pop robótico, sin sentimientos, como hecho por máquinas que celebraban a otras máquinas. Una revisión del futurismo de los años veinte. Lo llamaban industrielle volksmusik: “Música folk de las fábricas”.
Con esas premisas crearon en 1974 Autobahn, un disco conceptual sobre ¡autopistas! Ya habían reclutado al percusionista Wolfgang Flür, que había creado una básica batería electrónica, la antecesora de las cajas de ritmos. Por primera vez incluían voz, en alemán, por supuesto.
Sorprendentemente entró en los discos más vendidos de Estados Unidos y Reino Unido. Y aunque la instrumentación electrónica se combinaba con otra convencional, Autobahn se considera el primer álbum popular de synthpop, electropop, tecnopop o como quiera que se denomine al pop electrónico en estos días. Nacía la leyenda de Kraftwerk, para muchos una banda tan importante o más que los Beatles a la hora de entender la música popular. Los padres de un movimiento que desde entonces no dejaría de crecer. Y cuyas ramificaciones van más allá del pop. Irónicamente el frío sonido de un grupo que permanecía estático sobre el escenario sería la base sobre la que se desarrolló la música electrónica de baile.
En 2015, Schneider publicó Stop Plastic Pollution, su último trabajo musical, desde entonces poco se sabía de él, hasta el día de ayer. (Con información de El País)