El trajín de Le Beverley, el último cine porno de París, abierto los 365 días del año, de 12:00 a 21:00 horas llegará a su fin.

El septuagenario Maurice Laroche, gerente del lugar desde 1993. Se lamenta ante el arrollador paso de internet y los smartphones que han vuelto obsoletas estas salas.

“A principios de la década de 1980, el ambiente era feliz. Había 20 cines porno en París y 110 en Francia ", dijo Laroche al diario Le Parisien. “Hoy estamos felices si vendemos 600 boletos por semana. Veinte años atrás, vendíamos de mil 500 a mil 600”.

Al hacer un recuento de su tiempo como al frente del cine, Laroche recuerda la época en la que el establecimiento acogía parejas de todas las edades.

"Hace 15 años, una pareja vino a presentarme a su bebé, de quien dijeron fue concebido en The Beverley", dijo.

“Ahora los niños de 10 años pueden ver cualquier película porno”, se lamenta ante el cambio generacional.

El cierre del último reducto del cine porno en la “Ciudad luz” es un reflejo de la decadencia de este tipo de establecimientos a nivel mundial. Para este cine en concreto, los ingresos bajaron un 50 % en la última década y ni qué decir del número de salas dedicadas a la proyección de cine para adultos en la capital francesa, las cuales rondaban la media centena hace cuatro décadas y hoy cada vez falta menos para su desaparición total.