Adelina Patti, la cantante de ópera mejor pagada de su época

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Adelina Patti, la cantante de ópera mejor pagada de su época

Adelina Patti se convirtió en la intérprete preferida del compositor francés Charles Gounod (1818-1893) y el compositor italiano Giuseppe Verdi (1813-1901). Foto: Internet
Pronto se convirtió en la intérprete preferida del compositor francés Charles Gounod (1818-1893) y el compositor italiano Giuseppe Verdi (1813-1901).

Hija de Salvattore Patti y de Caterina Chiesa Barilli-Patti, no es de extrañar que la soprano Adelina Patti se convirtiera en el prototipo de una diva del siglo XIX, menos aún que su nacimiento se rodeara de leyenda, cuando su madre por poco da a luz en un escenario madrileño.

Sus biógrafos cuentan que Adelina nació el 27 de septiembre de 1919, y que en lugar de llorar como todos los bebés, ella se anuncio al mundo con un potente do agudo, iniciando el mito por la que hoy se le recuerda como una de las principales figuras de la ópera y, por mucho, la mejor pagada de su época.

Con la música en la sangre, de niña viajó a Estados Unidos, donde con sólo ocho años de edad hizo su primera aparición en el Teatro Italiano de Nueva York, expone el libro “Crónicas y artículos sobre teatro”, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Sin embargo, varios años después, y tras haber viajado por América del Norte y del Sur y las Indias Occidentales, en noviembre de 1859 realiza su debut en la ópera “Lucia di Lammermoor”, del compositor italiano Gaetano Donizetti (1797-1848), con el papel de Lucía en la Academia de Música de Nueva York, con lo que comenzó su triunfal carrera en el arte lírico, agrega el portal electrónico “britannica.com”.

Su éxito fue extraordinario e ininterrumpido a partir de ese momento, que abrió paso a su carrera en todos los escenarios del mundo, sobre todo en las ciudades de París, Madrid y Londres, donde debutó en 1861, con “La sonnambula”, del compositor italiano Vincenzo Bellini (1801-1835).

La cantante de ópera Adelina Patti. Foto: Internet

Durante los siguientes 23 años, agrega el portal electrónico “biografiasyvidas”, pasó de un repertorio virtuoso de Mozart, Rosinni, Bellini y Donizetti, a un mayor sentimiento dramático, bajo la dirección de su segundo marido, el cantante de ópera Ernesto Nicolini (1834-1898).

Pronto se convirtió en la intérprete preferida del compositor francés Charles Gounod (1818-1893) y el compositor italiano Giuseppe Verdi (1813-1901), pues su voz con una agilidad única, se extendía desde el La grave al contra Fa.

A pesar de ser considerada una soprano dulce y deslumbrante que conquistó a todos los que la escucharon, su leyenda, incluía rumores sobre que se negaba a ensayar y que exigía cantidades de dinero exorbitantes por cada actuación.

Aunque a voz de la “Prima Donna” era considerada pequeña, era notable por su amplia gama, regularidad de la producción y pureza de calidad, hasta el punto en que Verdi la declaró la cantante más grande que él nunca había oído.

Su trayectoria también se distingue por haber incursionado como una notable actriz que logró sus mayores éxitos en comedia, especialmente en los papeles de Dinorah en “Dinorah de Meyerbeer”; Zerlina en “Don Giovanni”, de Wolfgang Amadeus Mozart, y Rosina en “El Barbero de Sevilla”, de Rossini, en la que parte notable de la música fue especialmente arreglada para ella.

Entre los años 1881 y 1904, Patti hizo una serie de giras anuales por Estados Unidos. Dos años más tarde, en el mes de diciembre hizo su aparición oficial de despedida, que tuvo como recinto, el Royal Albert Hall en la ciudad de Londres, sin embargo continuó haciendo apariciones ocasionales.

En cuanto a su vida personal, Patti no estuvo exenta de excentricidades y rumores, pero también de envida por las cantitades exhorbitantes que cobraba por concierto.

Se dice que una noche fue criticada por ganar en una noche (cerca de un millón de dólares por concierto) más dinero que el presidente en todo un año, a lo que habría respondido: “Bien, que cante!”.

Sobre sus amores, se sabe que luego de la muerte de Nicolini, estuvo casada con el barón sueco Rolf Cederström (1870–1947), unión que se mantuvo hasta el fallecimiento de la soprano, el 27 de septiembre de 1919.