“Es algo que ya se veía venir con los cambios de regulación y normatividad en el sector energético desde que entró la actual administración, pero sobre todo en los últimos meses. Incluso muchas han sido violatorias al marco regulatorio. La CRE tiene muchos contratos atorados y su autonomía está comprometida”, dijo en entrevista con La Razón.
La API destacó en el documento los ejemplos de discriminación que ha experimentado, como las demoras significativas para los permisos y concesiones de infraestructura pendientes, que ha resultado en la detención de la construcción de una nueva terminal de GNL y una nueva terminal de almacenamiento para productos refinados.
Ante ello, las empresas de API exhortaron a Brouillette y a Ross a utilizar canales diplomáticos para “instar al Gobierno de México a mantener sus compromisos con el T-MEC de tratar a los inversores y exportadores estadounidenses de manera justa”.
El director de la consultoría en Tendencias Económicas y Financieras, Carlos López Jones, indicó que los empresarios estadounidenses se habían demorado en reaccionar y los comentarios de este lunes sólo confirmaron la poca coordinación que tienen previo a la entrada en vigor del T-MEC.
“Me preocupa mucho que el secretario de Hacienda, (Arturo) Herrera, insista en que el T-MEC es la palanca para salir de la crisis y veamos estas situaciones”, dijo.
Agregó que las repercusiones irán desde menores inversiones, por falta de confianza en un verdadero Estado de derecho, una probable venta de inversiones actuales, juicios por el cambio de reglas y posibles sanciones para México.