Científicos de la Universidad de Pensilvania publicaron un estudio en la revista Nature donde se mostró que la actividad de los mares está disminuyendo, iniciando el proceso de estratificación del mar producto del calentamiento global, lo que tendría consecuencias graves para la vida en la Tierra.

Con la estratificación de los mares, la temperatura superficial de los cuerpos de agua oceánicos subirá considerablemente, generando una inestabilidad atmosférica considerable, fenómeno que amplificaría los fenómenos meteorológicos extremos, como las tormentas o los huracanes de gran intensidad.

Una menor actividad en el movimiento de las aguas marinas implica que las masas de líquido frío de las aguas más profundas no puedan hacer la transferencia térmica con las aguas más superficiales, afectadas por el clima más cálido por la exposición al Sol y a los ambientes regionales.

Asimismo, esto significa que estas aguas profundas no puedan elevarse para transportar oxígeno hacia la superficie, haciendo que la capa más externa absorba mucho menos dióxido de carbono, incrementando el proceso de calentamiento global.

El equipo de investigadores a cargo de este estudio encontró que la estratificación del mar a nivel mundial aumentó 5.3% a lo largo del periodo entre 1960 y 2018, lo que no solo confirma el efecto del calentamiento global, sino que lo incrementa, pues todo es producto de la actividad humana, que también se ha incrementado en este periodo de tiempo.

Los mares absorben una cuarta parte del CO2 producido a lo largo del año, además de actuar como el regulador del 90% del calor generado por los gases de invernadero. Es por eso que los científicos hacen hincapié en lo complicado que sería parar el calentamiento global sin el apoyo de la actividad marina.

Asimismo, las consecuencias de este fenómeno serán visibles no solo en la temperatura global, sino también en los fenómenos naturales que provienen y se regulan a través de la actividad de los mares.