Aclarando dudas: mitos y verdades sobre el chocolate

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Aclarando dudas: mitos y verdades sobre el chocolate

Un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois ha publicado un estudio en el que revela que tres compuestos fenólicos en los granos del cacao tienen efectos positivos en la salud

Durante muchos años, al chocolate se le ha atribuido propiedades afrodisíacas y antiestresantes. Por otra parte, otros lo señalan como el culpable del aumento de grasa y celulitis. ¿Cuál es la verdad sobre estas creencias? Científicos han realizado numerosos estudios que nos ayudarán a despejar estas dudas.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois ha publicado un estudio en el que revela que tres compuestos fenólicos en los granos del cacao tienen efectos positivos en la salud, pues pueden revertir la inflamación crónica y la resistencia a la insulina asociada con la obesidad.

Pero hay más. De acuerdo con el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición del CSIC (ICTAN-CSIC), el cacao natural es el único que mantiene sus propiedades antioxidantes (los flavonoides), debido a que no ha atravesado ningún proceso químico. La revisión científica ha llevado a que instituciones, como la Fundación Española de la Nutrición, establezcan una diferencia entre la catalogación de cacao y chocolate.

De acuerdo con la clasificación, el cacao está dentro de la categoría de frutas y frutos, mientras que el segundo fue incluido dentro de los dulces. Según el Observatorio del cacao, el chocolate con leche (menos de 25 % de cacao y leche) es el más consumido. Los otros son el chocolate negro (35 % de cacao, manteca de cacao y azúcar) y el chocolate blanco. Sobre este último, no se considera chocolate en sí, ya que no contiene pasta de cacao.

En efecto, se recomienda consumir más el chocolate negro. ¿La razón? De acuerdo con REVIEWBOX, éste contiene una mayor cantidad de cacao, así como menor azúcar y lácteos. Estudios han demostrado mejoría de la función endotelial, así como reducción de la presión arterial y del colesterol. Sin embargo, es importante la moderación, puesto que de por sí el chocolate tiene alto contenido en grasa. El consumo de excesivas calorías puede engordar. Las personas con problemas de sobrepeso deben evitarlo.

Hay numerosos estudios que favorecen el consumo del chocolate. Por ejemplo, uno publicado en la revista European Heart Journal, sostiene que el consumo en cantidades bajas produce niveles inferiores de presión arterial, lo cual se relaciona con una menor probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares.

Por otra parte, un trabajo realizado por el Instituto Max Rubner (Alemania) concluyó en que el cacao tiene cantidades importantes de vitamina D2. No obstante, también recomendaron no consumir grandes cantidades de chocolate, pues sería extremadamente poco saludable por el alto contenido en azúcar y grasas.

El mismo estudio demostró que el cacao ayuda a frenar el deterioro cognitivo leve y mejora la eficiencia de la memoria. Por estas conclusiones, médicos de distintas partes del mundo sostienen que el consumo de chocolate es provechoso para nuestras facultades cognitivas.

Otras investigaciones sostienen que, pese a los beneficios del consumo de cacao, no se puede extrapolar que el comer chocolate sea tan beneficioso para la salud. Se pueden considerar la cantidad de azúcar, calorías y grasas que tiene este alimento. Por ello, es comúnmente asociado a problemas y enfermedades como el sobrepeso y la obesidad.

Según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, solo aquellos chocolates con más del 60 % de cacao tiene flavalones suficientes para conseguir efectos beneficiosos en la salud. Además, recomienda no consumir más de 30 gramos diarios. Comer entre dos o tres raciones (durante el día) cada semana contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

En todo caso, el cacao es saludable siempre que sea puro o de chocolate con más del 70 % de cacao, siempre y cuando se consuma en cantidades moderadas y forme parte de una dieta. Cabe precisar que las propiedades se pierden mientras pasen más procesos industriales.