Abismal diferencia

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Abismal diferencia

A pocos días de que concluyan las campañas políticas en Coahuila y demos paso a la jornada electoral en la que habrá de definirse, entre otros cargos, quién ocupará la silla principal del palacio rosa, surgen hechos que son dignos de comentar y que, sin duda, marcarán la agenda de esta semana.  

Por un lado, el misógino favorito, Guillermo “Puro Chile” Anaya, apenas se sacudía la ropa después de la revolcada que significó su cobarde ataque a las mujeres, cuando se le vino encima un verdadero tsunami. Todo parece indicar que el abanderado albiazul salió más largo que la cuaresma, dijera mi compadre Aarón Lara. El pasado lunes el diario de circulación nacional El Financiero, publicó una nota en la que se detalla la enorme fortuna con la que cuenta el sonriente candidato. De acuerdo al referido rotativo, Guillermo posee nada más y nada menos que 32 millones de dólares (leíste bien mamá, de dólares) depositados en un banco de Barbados, además de 211 millones de pesos (esos sí en moneda nacional, por aquello del malinchismo) registrados en Banorte. Ninguna de esas cuentas fue mencionada por el panista en su declaración 3 de 3, misma que por cierto presentó tarde y con serias inconsistencias. Es decir, además de lo declarado, que ya es bastante como para generar suspicacias sobre su procedencia, sumémosle este “guardadito” que no se incluyó en la declaración patrimonial. Que alguien me ayude a hacer cuentas por favor, porque a mi calculadora ya no le caben más ceros. 

Como era de esperarse Anaya trató de defenderse y convocó a los medios de comunicación a una conferencia de prensa en la que repitió hasta el cansancio que él no tenía dinero depositado en Banorte. Hasta ahí la cosa iba más o menos bien; con lo que no contaba el aspirante a repartidor de chile, es que su propio equipo de comunicación hizo circular un documento con membrete de Banorte en el que se aclara que no tiene una, sino tres cuentas en ese banco (¡no me ayudes compadre!). Y lo que sí es para Ripley, es que antes de que Memo citara a la mentada conferencia de prensa, se dio a la tarea de hacer un retiro millonario de una de esas cuentas, para que el saldo reflejara una cantidad menor. Total que al conservador (a ratos) Guillermo Anaya cuando no le llueve, le llovizna. Ahora tendrá que utilizar los últimos días de campaña para explicar a las y los coahuilenses cómo se hizo inmensamente rico en tan poco tiempo. 

Mientras esto sucedía, en la ciudad de los grandes esfuerzos se llevaba a cabo una reunión entre el candidato tricolor, Miguel Ángel Riquelme y 12 diputados federales integrantes de las comisiones de presupuesto e infraestructura, encabezados por sus coordinadores, Jorge Estefan Chidiac y Baltazar Hinojosa, respectivamente. En un hecho inédito en la historia de nuestro estado, un candidato a la gubernatura presentaba su programa sexenal de inversión pública, y dentro de éste las prioridades de obra para el 2018. El documento puesto a consideración de las y los legisladores contenía, además de los proyectos detallados, los montos estimados y los fondos federales a los cuales se pretende acceder para estar en posibilidad de ejecutar el ambicioso programa. En conferencia de prensa, los inquilinos de San Lázaro dieron su espaldarazo a Riquelme e hicieron el compromiso de aprobar los recursos necesarios para que Coahuila pueda consolidar su desarrollo a través de las obras y acciones propuestas por el priísta, al tiempo que elogiaron su iniciativa de trabajar desde ya, en proyectos viables para el estado. 

Aquí en confianza, dos de los candidatos a la gubernatura coahuilense iniciaron la semana en forma muy distinta. Seguramente Anaya terminó el pasado lunes con un ejemplar de El Financiero bajo el brazo y tarareando uno de los más grandes temas del maestro Armando Manzanero: “será que hoy con el pie izquierdo fue que yo me levanté…”. Mientras que Riquelme bien podría haber recordado la frase que pronunciara el Ex Primer Ministro del Reino Unido, Winston Leonard Spencer Churchill: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”. Abismal diferencia. Ahí se los dejo para la reflexión.