El pasado 31 de diciembre del 2019 México celebró el 120 aniversario del natalicio de Silvestre Revueltas, quien a través de obras como La noche de los mayas, Sensemayá, Janitzio y Redes quedó inmortalizado en la cultura nacional.

Este lunes 5 de octubre del 2020, sin embargo, la celebración y conmemoración es por su 80 aniversario luctuoso y lo recordamos como uno de los más grandes compositores mexicanos de la historia.

Revueltas pertenece a una de las familias más peculiares que ha dado este país, pues varios de sus miembros se destacaron por su actividad artística, política y cultural, entre ellos los artistas plásticos Fermín y Consuelo Revueltas, la actriz y escritora Rosaura Revueltas y el escritor y activista José Revueltas.

El compositor y director no es la excepción; desde muy niño se destacó como un prodigio del violín. Estudió este instrumento y composición en el Conservatorio Nacional de Música y sus primeras obras las escribió a los 16 años de edad.

En 1917, mientras estudiaba en el St. Edward’s College, Silvestre Revueltas sobresalió por sus habilidades musicales, sus recitales y su independencia. Ahí conoció la música de Claude Debussy, compositor impresionista que sería su influencia temprana.

Una de sus primeras piezas, Margarita para piano, demuestra un uso altamente imaginativo de la armonía con texturas impresionistas, así como un especial sentido melódico. Su cuerpo de obra ha sido estudiado en años recientes precisamente por su originalidad, lo que ha hecho que muchos musicólogos lo consideren uno de los más importantes compositores del siglo 20.

Junto con su intensa preparación musical, se conectó con movimientos de izquierda. Volvió en 1923 a México, donde el secretario de educación, José Vasconcelos, emprendió las misiones culturales, a través de las cuales llevó los beneficios de la cultura y la educación a todos los ámbitos de la sociedad, sobre todo a los más pobres. En esta época se hizo amigo de Carlos Chávez.

Durante la mayor parte de la década de los 20 Revueltas vivió en los Estados Unidos, pues no se sentía cómodo con la escena musical en México, la cual considerada muy politizada. En una entrevista realizada en 1936 expresó en retrospectiva que “existe un ambiente musical artificioso, falso. Los músicos honrados tratan de hacerlo verdadero. La crítica musical y parte del público influenciado por ésta la falsean, los primeros por ignorancia y los segundos por esnobismo” pero en 1928 Carlos Chávez lo invitó como director asistente de la recién fundada Orquesta Sinfónica de México, a través de la cual ambos compositores tuvieron la oportunidad de estrenar obras.

Sus obras más importantes, en opinión de los musicólogos, las compuso de 1930 a 1940. Homenaje a Federico García Lorca se estrenó en el Palacio de Bellas Artes en 1936, tres meses después del asesinato del poeta, y Sensemayá se convirtió en una de las composiciones mexicanas más importantes y en la más popular de su autor. Esta pieza ha sido dirigida por Leopold Stokowski, Leonard Bernstein, Eduardo Mata, Esa-Pekka Salonen o Gustavo Dudamel, entre los conductores más sobresalientes de los últimos cien años. A esas obras le siguieron La noche de los mayas y otras para el cine. Se cree que antes de fallecer trabajaba en un ballet basado en los grabados de José Guadalupe Posada.

“Redes”, de 1935, fue una de las primeras obras que le dio presencia internacional. Aunque la película nunca tuvo éxito, la obra musical sí lo tuvo y junto con Sergei Prokofiev se convirtió en uno de los primeros compositores en hacer bandas sonoras para películas.

Sin embargo, ese año, por cuestiones que a la fecha no se han aclarado, la relación entre Chávez y Revueltas se rompió, y no volvieron a colaborar jamás. Silvestre fundó un año después una orquesta rival, la Orquesta Sinfónica Nacional, con la cual estrenó el Homenaje a García Lorca.

En 1937 viajó a España y, decepcionado por la Guerra Civil, quiso visitar la Unión Soviética, pero a falta de recursos regresó al año siguiente a México. Para entonces la influencia de Chávez había crecido y esto le provocó algunas dificultades.

En 1940 comenzó la composición de “La coronela”, una obra para ballet, pero, con la última parte sin componer y sin la orquestación aún, en medio de un episodio de alcoholismo, Revueltas contrajo una bronconeumonía que fue la causa de su muerte la madrugada del 5 de octubre. Con información de Agencias