CIUDAD DE MÉXICO. La Mujer Maravilla cumple hoy 75 años y no sólo conserva su imponente atractivo físico, sino que también refrenda su jerarquía como estrella del universo pop, luchadora en pro de la justicia, símbolo del empoderamiento femenino y protagonista de encendidas polémicas, la primera de ellas, ser hija de un padre polígamo.

Luce aún los colores dorado, azul y rojo con los que hizo su debut en sociedad, aunque en un tono más oscuro y una apariencia más sexy. El tono metálico de la versión cinematográfica de este año contrasta con el estilo pin-up de sus primeras aventuras, con una falda azul con vuelo decorada con las estrellas de la bandera estadunidense.

Llega a su tercer cuarto de siglo reivindicada como superheroína por Hollywood y emblema feminista por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dos años después de que salieran a la luz en un libro los detalles de su concepción y nacimiento.

Wonder Woman, su nombre en inglés, tuvo su primera aparición en el número 8 de la revista All Star Comics correspondiente a diciembre de 1941. Desde entonces ejerció su papel como figura femenina de contrapeso al universo masculino encabezado por héroes como Superman y Batman, y trascendió al imaginario mediático gracias a la serie televisiva protagonizada por Lynda Carter, antecesora de la israelí Gal Gadot, estelar del primer largometraje basado en el personaje creado por el sicólogo William Moulton Marston.

Con La Mujer Maravilla,  las niñas estadunidenses de la década de los 40 y posteriores tuvieron un ejemplo que les ayudó a cambiar de mentalidad y a lograr lo que se propusieran. Al menos, ése era el mensaje que este personaje les daba en cada una de las viñetas, de ahí que desde entonces se le considere como un estandarte feminista.

Y no es de sorprenderse puesto que Moulton Marston fue un abierto defensor de la causa feminista y también el inventor del polígrafo (detector de mentiras), elemento que incorporó en el lazo de la verdad, arma que La Mujer Maravilla usaba contra sus enemigos.

Marston buscaba un personaje que luchara contra las injusticias, pero sin usar la fuerza bruta, sino la inteligencia y el amor. Así que, por sugerencia de su esposa Elizabeth, pensó en que fuera una mujer.

“Ni siquiera las mujeres quieren ser mujeres mientras nuestro arquetipo de femineidad carezca de fuerza, fortaleza y poder… El remedio obvio es crear un personaje femenino con toda la fuerza de Superman, más todo el encanto de una mujer bella y buena”, dijo Marston en 1944.