75 años de Jurisprudencia
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75 años de Jurisprudencia
Casa de hombres y mujeres ilustres, abogados de buena cepa, la Facultad de Jurisprudencia está conmemorando el septuagésimo quinto aniversario de su fundación, al mismo tiempo que los 50 años de la construcción de su edificio.
Quince lustros de emprender, con cada nueva generación de alumnos, la aventura de formar y modelar su espíritu para hacer de ellos buenos jurisconsultos, excelentes penalistas y civilistas notables que pongan en alto el nombre de la facultad y al foro coahuilense de abogados.
Conocida en sus primeros tiempos con el sencillo nombre “Escuela de Leyes”, los antecedentes de la Facultad de Jurisprudencia se remontan en el tiempo hasta 1867, con la Ley Reglamentaria de Instrucción Pública del Estado, que divide la educación en “primaria, secundaria y superior de facultades” y manda la creación del Ateneo Fuente para impartir las dos últimas, además de que ahí mismo se establezca “por ahora una cátedra del primer curso de Jurisprudencia, reservando la creación de los demás cursos y los de Medicina para cuando haya alumnos que hubieren terminado su instrucción secundaria en el Ateneo o en otros colegios de la República”. Durante muchos años, aquellos cursos de Leyes, se abrían y se cerraban conforme a los vientos emanados de las corrientes políticas y educativas imperantes, no sólo a nivel estatal, sino también nacional, hasta que fueron clausurados definitivamente en 1923.
Veinte años después, en 1943, el gobernador López Padilla decretó la creación de la Escuela de Leyes, hoy Facultad de Jurisprudencia. Durante siete años, la escuela trabajó en el edificio que ocupa actualmente la preparatoria Mariano Narváez, por entonces Secundaria Nocturna. Leyes, como se le conocía, pasó luego a ocupar una casa en la calle de General Cepeda, y posteriormente, otra ubicada en Hidalgo al sur, hasta que se le construyó un primer edificio propio atrás de la rectoría, con acceso por González Lobo, que ocuparía después, a su creación, la Escuela de Sistemas de la propia Universidad.
El edificio en cuestión le quedó chico a la vuelta de no muchos años y, finalmente, en 1968, la Universidad de Coahuila iniciaría la construcción del segundo edificio para Jurisprudencia al lado norte del Ateneo Fuente, el mismo que ocupa en la actualidad y desde el 17 de marzo de 1969.
Esa es, en pocas palabras, la historia de la facultad. Pero su verdadera historia no se cuenta así, con esa brevedad. Es una historia larga, de gran reputación, escrita por todos aquellos que al pisar su recinto han dejado su huella, historia de escuela humanística, abierta a todas las manifestaciones del pensamiento, con el objetivo de formar en el Derecho y en la Justicia a abogados talentosos, eruditos, enteros, muchos de cuyos nombres han resonado en los ámbitos estatal y nacional.
Sus directores, de buena prestancia y presencia imponente, una tradición tristemente perdida en otras escuelas y facultades de la Universidad Autónoma de Coahuila, se han sentado en el banquillo, cada día, durante 75 años, a recibir la sentencia ante el tribunal de la opinión pública, y han merecido juicios buenos.
El claustro de profesores contribuye a mantener la tradición del maestro de vocación, que ejerce su profesión en todos los ámbitos del derecho y la justicia, el que mantiene en alto su prestigio de abogado y que pueda ser ejemplo, medida, paradigma y pauta ante los ojos de sus jóvenes alumnos. La misma facultad ha reconocido a sus maestros ya retirados imponiendo su nombre al aula en que cada uno impartió su clase.
A su vez, la Facultad de Jurisprudencia es distinguida por la sociedad como institución de reconocido prestigio dentro de la comunidad saltillense y la propia Universidad Autónoma de Coahuila.