7 pasos para controlar la ira

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7 pasos para controlar la ira

Foto: Tomada de Internet
Cuando nos hacemos responsables de nuestra rabia, también tenemos el poder de cambiarla. Hágase responsable de todo lo que siente

Pregunta:

Soy una buena persona pero pierdo los estribos y a veces me enojo excesivamente y a menudo me las agarro con mis hijos y mi esposo. No entiendo por qué ocurre y no sé cómo dejar de hacerlo. Esa no es la persona que quiero ser. ¿Tiene algún consejo para darme?

Respuesta:

Cuando se enoja y pierde los estribos, generalmente es porque se disparan en usted uno o dos de sus miedos básicos. Sus dos miedos básicos son:

1. El miedo al fracaso (el miedo a no ser lo bastante buena)

2. El miedo a la pérdida (el miedo a que su vida no sea lo bastante buena).

El miedo al fracaso tiene que ver con nos sentirnos insultados, no queridos, desvalorizados, no apreciados ni deseados. El miedo a la pérdida es el miedo a no disponer de lo que necesitamos, queremos o merecemos, entonces nos sentimos maltratados, engañados, burlados, mal retribuidos o despojados en algún nivel.

Tómese un minuto y piense en la última vez que se enojó. ¿Se sentía deshonrada o maltratada de alguna manera? ¿Era una cuestión de miedo a la pérdida, o un miedo de no ser querida, honrada y apreciada? ¿Suele sentirse de esa manera? ¿Reacciona con mucha facilidad en esta área?

Sus hijos desatan más que ninguna otra persona sus dos miedos básicos. Cuando hacen las cosas mal o arman lío, usted experimenta miedo o fracaso (por no dar la imagen que quiere) o el miedo a la pérdida (perderlos a ellos o perder dinero). Esa es la razón por la que se enoja con ellos con tanta frecuencia.
La mayoría de las personas tiene un miedo básico que es más dominante y es el que más fácilmente se dispara. Si su disparador es el fracaso, puede sentirse insultada o ponerse fácilmente a la defensiva.

Si su disparador es la pérdida puede llegar a auto-protegerse demasiado y sentirse maltratada todo el tiempo. Trate de ver un patrón en su ira. ¿Siempre se deja llevar o se enoja cuando se siente insultada? 
Si puede descubrir cuál es su principal disparador y reconocerlo, tendrá más poder para detenerlo.
El problema con la ira es que es una emoción muy poderosa, más poderosa incluso que el amor. Por esa razón, puede invadirnos totalmente, confundir nuestro juicio y generar una conducta realmente mala y egoísta.

A continuación, algunos consejos para controlar la ira cuando ataca:

1. Calme primero a su cuerpo

Al enojarnos experimentamos la respuesta de lucha o fuga y nuestro lóbulo frontal (la parte del cerebro que toma las buenas decisiones) se cierra. Tendrá que frenar esa reacción fisiológica y hacer que su lóbulo frontal vuelva a funcionar si quiere reflexionar sobre esto con madurez.
Puede tomar el control relajando primero su cuerpo. Tome distancia, vaya a otra habitación, pida un tiempo y luego haga algunos ejercicios de respiración diafragmática o de relajación muscular. Esto es algo que todo el mundo debería aprender también para combatir el estrés. Una vez que su cuerpo físico esté tranquilo y usted piense como corresponde, continúe con los otros pasos.

2. Reconozca que tiene una opción

Es fácil pensar que los hechos externos nos hacen enojar. Más fácil todavía es culpar a otros, especialmente cuando nos molestan o nos ponen nerviosos. La verdad es que cada uno crea sus propias emociones. Las experiencias pasadas, las perspectivas y las creencias subconscientes nos hacen atribuir sentido o significación a los hechos. Esto involucra generalmente un sentido inexacto que impulsa nuestras reacciones enfadadas. Pero esta primera reacción nunca es nuestra única opción.

3. Podemos detenernos y pensar algunas otras opciones

Escríbalas y exprese cuál podría ser el resultado de elegir cada opción. Pronto verá que la ira no produce nunca el resultado que usted quiere. Siempre hay mejores maneras de discutir los problemas, encontrar soluciones y cambiar las cosas.
Encuentre el verdadero problema. La ira es un indicador de que hay un problema. La pregunta es: “¿Es su problema o es el problema de otro?” ¿Es un problema que se puede cambiar o en el que usted puede influir o que está más allá de su control? ¿Necesita que la ayuden al respecto? ¿Realmente tiene que ver con usted? O es otra persona con problemas de miedo relacionados consigo misma que los está proyectando en usted.

Si ese problema no es suyo, déjelo de lado y aléjese. Si es suyo, imagine una manera madura, equilibrada de abordar el problema. Quizá le convenga contárselo a alguien menos involucrado emocionalmente para recibir algún consejo.

Foto: Tomada de Internet

4. Use la empatía para sentirse de otra manera

La empatía es ideal para cambiar una situación. Pregúntese, ¿por qué esta otra persona (intrínsecamente buena) hace lo que está haciendo? ¿A qué le tiene miedo o por qué se siente insultada o amenazada? Cuando comience a entender el problema desde esa otra posición, podrá adquirir cierta sabiduría respecto de cómo resolverlo. Quizá necesite darle alguna validación a la otra persona o tranquilidad para calmar sus miedos. El solo hecho de expresarlos y sacarlos afuera puede calmar la situación.

Concéntrese en dar amor, comprensión y atención a la otra persona, porque si estamos centrados en el amor no podemos estar tan enojados.

5. Vea esta experiencia como una lección

¿Qué puede aprender de este incidente? ¿Cómo puede aprovechar esta situación para poder ser una persona mejor, más fuerte y más afectuosa? ¿En qué medida usted era parte del problema? ¿Qué puede hacer de distinta manera la próxima vez? Si se centra en estas cuestiones procesará mejor su rabia y la superará más pronto.

6. Haga ejercicio o realice alguna actividad que libere la energía cargada de ira

Dé un paseo, haga una caminata, suba y baje corriendo la escalera o golpee una almohada. Sacar afuera esa energía ansiosa la ayudará.

7. Recuerde que ninguna persona o situación puede enfadarla o hacerla enojar

Son las ideas sobre la situación las que crean sus sentimientos de enojo, y solamente usted es responsable de esos sentimientos, de modo que sólo usted puede generarse enojo. Las situaciones por sí solas tampoco significan nada hasta que les asignamos un sentido. Esto significa que siempre hay otras opciones de perspectiva que pueden hacernos sentir mejor.

Cuando nos hacemos responsables de nuestra rabia, también tenemos el poder de cambiarla. Hágase responsable de todo lo que siente.