La salud se compone de varios elementos. Uno de éstos es el baño diario, porque tiene beneficios múltiples para nuestro cuerpo que van más allá de estar limpios. No sólo se trata de deshacernos del sudor, de las impurezas y los malos olores, sino que también es una excelente técnica para el relajamiento, para apaciguar el espíritu o prepararnos para un día de trabajo o descansar.

El agua es vida, y no sólo si se bebe. La ducha diaria aleja las enfermedades, hidrata la piel, mejora la circulación, induce el sueño, relaja los músculos –si se hace con agua caliente– y estimula el metabolismo y el sistema inmunológico –si se hace con agua fría–; incluso, beneficia la piel y mantiene el cabello sano y brillante.

No se trata, sin embargo, únicamente de echarnos agua. La verdad es que el baño también tiene su chiste. En este entendido, pongo a tu disposición seis recomendaciones para que tu baño sea mucho más que un acto rutinario y que se convierta en un momento de sensaciones y emociones que te hagan iniciar o terminar tu día de la mejor manera posible.

Los secretos de un buen baño

1. El agua

No debe ser ni muy fría ni muy caliente, 37 grados es una temperatura óptima. Si optas por el agua caliente, ten en cuenta que lo ideal es terminar con agua fría todas las duchas, así podrás cerrar los poros, refrescar la piel y llenarte de energía.

2. Jabón

De preferencia, que sean humectantes a fin de evitar esa sensación horrible de sentir la piel acartonada. Ten cuidado con la cantidad que usas en zonas como las partes íntimas. Considera que mientras más natural sea el jabón, mucho mejor para tu cuerpo.

3. Aromas

Desde hace cientos de años se ha utilizado la aromaterapia. Está comprobado que olores como el azahar, manzanilla o mejorana ayudan con el cansancio y también alivian el estrés.

4. Música

El baño es una forma de relajarse, y ese estado de relajación provoca que nuestro cerebro genere dopamina, y el resultado último es que nos sentimos más felices y creativos. La recomendación es que escojas la música de tu preferencia y te des gusto mientras te bañas y aseas.

5. Tallarse…

…O restregarse –como conozcas el término–. A este respecto debes saber que no es buena idea hacerlo todos los días, tampoco con demasiada rudeza ni con objetos que lastimen tu piel.

6. La toalla

Aunque quizá nunca lo hayas pensado, la calidad de la tela y la fuerza que emplees al secarte también son importantes en el baño. Lo recomendable es que sólo presiones contra tu piel para que absorba la humedad sin causar daño.

Ser aseados es saludable, ya que ayuda a la prevención de enfermedades, y es curativo ante algunos padecimientos. Es también afrodisíaco y hasta sinónimo de respetabilidad. Y para algunos, una forma de purificarse, y por si fuera poco constituye un acto verdaderamente placentero. No lo limites a un poco de agua cada día, porque bañarnos es mucho más que estar limpios y una grata experiencia.