5 sugerencias para ayudar a padres solteros

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5 sugerencias para ayudar a padres solteros

Foto: Vanguardia/Archivo
A veces, no es fácil saber cómo ayudar a amigos o familiares que tienen dificultades para criar solos a sus hijos

Tengo sentimientos ambivalentes cuando admito que soy madre sola desde hace 16 años. Mi divorcio, con una fuerte carga emocional, me dejó en medio de un torbellino cuando trataba de adaptarme a la crianza de dos bebés en edad de gatear.

Con el tiempo, se establecieron las nuevas rutinas diarias y a cada día que pasaba la vida como mamá sola iba volviéndose más tolerable. Hubo muchísimas ocasiones en que me sentí deprimida por mi incapacidad para evitar mi divorcio, pero me siento muy orgullosa y contenta por todas las cosas que realicé a lo largo de estos años.

Permanecer sola durante todo este tiempo es una decisión personal, pero nunca me resultó fácil. Mi decisión me ha dado el lujo de saber que me entregué a mis hijos en un 100 por ciento, pero eso tuvo un costo. He vivido de manera prudente y frugal con mi sueldo y mi asignación por hijo. Aprendí a diferenciar un “quiero” de un “necesito”. Y naturalmente, antepuse las necesidades de mis hijos a las mías, reparando frecuentemente mi ropa para poder comprar más útiles escolares, un par de zapatos o un abrigo para el invierno a mis hijos que crecían.

Recorté cupones y doné sangre para comprar productos de almacén. Y descubrí la diversidad de comidas que se pueden preparar con harina, huevos y leche. Y siempre soy y seré una persona ferozmente independiente. No está en mi naturaleza pedir ayuda de modo que las mejores cosas que han hecho por mí como madre sola fueron hechas sin preguntarme.

Las siguientes son algunas sugerencias para ayudar a padres solos.

Escuchar

Lo más importante que usted puede hacer por una madre o un padre solteros es escucharlos sin juzgarlos y sin su opinión, salvo que se la pidan. Salvo que usted haya estado en sus zapatos, es difícil imaginar las emociones y las luchas que enfrentan una madre o un padre solos.


Gestos de bondad

Hay muchas formas de ayudar a los padres solos prácticamente sin ningún costo pero puede resultar difícil si se interpone el orgullo. Cortar el césped. Barrer la vereda. Cuidar a sus hijos durante algunas horas. Dar una tarjeta de regalo para la nafta o el almacén. Regalarles una visita a la pedicura o una noche de cine. Yo tuve un compañero de trabajo anónimo que me dejaba sobres con efectivo y palabras de aliento. Parecía saber que precisamente ese día yo estaba eligiendo entre un galón de nafta y un galón de leche.

Motivar y alentar

Ser madre o padre solo es una montaña rusa emocional. A veces, una mamá o un papá necesitan escuchar que están haciendo las cosas bien pese a la situación.

No juzgar

Siendo alguien que ve la situación de afuera, no se apresure a juzgar. Para algunos padres solos, esto no es una opción. Sin conocer mi situación, muchos me han juzgado simplemente por ser divorciada o han expresado decepción porque puse a mis hijos en una guardería. Sí, a veces mis chicos corrían como gamberros. La mayoría de los días, yo lloraba sentada a mi escritorio. En lugar de chismorrear con los vecinos o con los compañeros de trabajo pregúntese: “¿Qué puedo hacer para ayudarlos?”

No recomendar el matrimonio

Es lamentable, pero algunos consideran que el matrimonio es una solución para los problemas que plantea a los padres solos criar a sus hijos. Hace algunos años, me dieron el mal consejo de buscar un nuevo marido ya que ser madre sola era “muy difícil”. Honestamente, quiero volver a casarme por la razón correcta: por estar profunda y locamente enamorada de un hombre, no porque necesite que se haga cargo de mí y mis hijos.

Mi mejor amiga entendió mejor que nadie en el mundo mi sentimiento de orgullo e independencia. La mayoría de las veces, no me alcanzaba el presupuesto para ir al cine, asistir a un concierto o salir a comer con amigos a un restaurante. Muchas veces, inventaba una excusa para no ir. Ella se las ingeniaba para convencerme de que estaba en deuda conmigo o que le tocaba pagar la cuenta del restaurante. Pero yo me daba cuenta. En lugar de armar lío, aceptaba graciosamente sus gestos de bondad y amistad. Era su manera silenciosa de decirme que me quiere y lo mucho que valora nuestra amistad.