Es un día antes de la quincena y otra vez no salen las cuentas. Entre la manutención de la familia, escuela de los niños y esa salida a comer, la cartera una vez más se quedó vacía. Piensas: “Si salgo a trabajar todos los días, ¿por qué no me rinde el dinero?” La verdad pueden ser muchos factores los que pueden darte la respuesta, sin embargo, quiero tocar contigo cinco de ellos.

Antes de iniciar debes tener en cuenta que si bien el dinero es necesario para cumplir ciertas metas y tener estabilidad, no es el fin del día a día. Planea tus horarios para que a la par de generar tus recursos, puedas disfrutar de tiempo de calidad con tu familia. Ahora sí, te comparto cinco razones por las que no estás ganando dinero:

1. ERES DEPENDIENTE ECONÓMICO

Claro, salirse de casa de mamá o papá no es fácil. Acostumbrarse a pagar cuentas es un ejercicio para el que no nos preparan en la escuela. Si bien todas las personas necesitamos apoyo en momentos complicados, no podemos depender de un ingreso que no ganamos. ¿A qué me refiero? Supongamos que tus padres, o el compadre, te prestó un dinero para salir de un apuro; no puedes esperar que todos los meses tendrá disponible ese dinero para ti.

2. NO TE ASESORAS

Tienes todas las intenciones de ponerte a ahorrar. Sin embargo, si no tienes una estrategia para invertir o una meta, ese ahorro no te servirá de nada. Yo aprecio a un amigo cercano que me explico lo inútil que es ahorrar "debajo de un colchón": dinero pierde, pero que además, meterlo en bancos muchas veces no termina siendo lo que verdaderamente necesitas. Asesórate y busca responder todas tus dudas.

3. NO ACTÚAS

Si tienes un problema financiero, el único que podrá resolverlo eres tú. No pretendas que el pasar horas sentado en el sofá meditando rendirá frutos. Si necesitas dinero, entonces tienes que trabajar para obtenerlo (claro, siempre con métodos legales), incluso comenzar a dejar de gastar en ciertas cosas es una forma ya de actuar. Insisto, no esperes a que Bill Gates o Mark Zuckerberg entren por tu puerta para ofrecerte trabajo.

4. TIENES EL EGO MUY ELEVADO

Claro, tienes problemas financieros pero no te imaginas trabajando en un puesto "inferior". Crees que eres muy inteligente y que nadie te puede dar órdenes. A veces para ganar en lo alto, tienes que ceder en lo bajo. Todos queremos ser dueños, pero tenemos que empezar incluso barriendo el piso para iniciar el camino.

5. USAS EL CONSUELO DEL FRACASO AJENO

Desde niño, mi madre me enseñó que comparar una situación mala con la de otros, es el consuelo de los ineptos y los perdedores. El pensar: "Sí, estoy mal, pero el vecino está peor", lo único que provoca es un freno absoluto en tus posibilidades de crecimiento y desarrollo.

¿Cuáles de estos puntos se aplican a ti? ¿Cuáles agregarías? Lo cierto es que probablemente la solución a tus problemas económicos esté más cerca de lo que crees y únicamente tienes que aplicarte y cambiar tu mentalidad.