4 fases de cómo sobrevivir con un hipocondriaco a una epidemia

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4 fases de cómo sobrevivir con un hipocondriaco a una epidemia

ESMIRNA BARRERA
Declare this an emergency Come on and spread a sense of urgency And pull me through And pull us through Apocalypse Please / Muse

Por: Néstor Adame

Fase 1: Preparación: en primer lugar, amigo hipocondriaco, ya lo sabe, limpieza completa de manos, cara, cuerpo y evite el contacto con personas que presenten cuadros contagiosos o traigan cara de borracho de las ferias a las 5 de la madrugada. Para respetar los mismos consejos, haré una pausa para desinfectar mi computadora.

Fase 2: Contención: ahora sí, con cubrebocas, continuamos. Coméntele a su hipocondriaco que cualquier información por distribuir respecto al COVID - 19, lo haga con responsabilidad. Dígale que no comparta información alarmante por el simple hecho de serla. Si no, basándose en la fidelidad de quién la distribuye, qué organismos de salud los expiden. Recuérdele, la pandemia es correlativa de un virus de propagación rápida, al igual que su información. No le sirve de nada fabricar quinielas ni teorías conspirativas del Nuevo Orden Mundial. Evite ser la tía histérica del grupo de WhatsApp, que comparte cadenas con fake news cada hora, o la Paty Chapoy informando la muerte de Chabelo por manos del coronavirus. Mejor léase La Peste de Albert Camus, donde aplastará sus datos alocados: Las hipótesis, en la ciencia como en la vida, nos convierte en niños insulsos.

Sí, está bien, su hipocondriaco debe extremar cuidados, pero no caer en la psicosis colectiva y salir corriendo de Soriana a HEB para terminar con los insumos sanitarios. Recuérdele, los días que vendrán serán complicados, pero no es el fin del mundo. Esa idea de tener butaca en primera fila del apocalipsis siempre ha seducido al hipocondriaco que todos llevamos dentro. Esos ejemplos déjeselos a Netflix: Contagio, de Steven Soderbergh, “Epidemia” de Wolfgang Petersen o “Virus” de Kim Sung Soo. Ya picados y en la barra, revise los 6 capítulos del documental “Pandemia” y las dos temporadas del Dirty Money.

A nuestros antepasados les tocó pelear con fusil en mano, pero esta guerra será en casa, donde podremos a prueba la paciencia. Tenemos la fortuna de que la batalla sea moral y no violenta. Porque las peores epidemias no son biológicas sino morales y van en contra de la peor cara de una sociedad: el egoísmo e irracionalidad.

Fase 3: Contagio comunitario: toca el turno de contagiarnos de responsabilidad. Dejar de lado el valemadrismo. Aprender de los errores. La humanidad se ha encontrado en escenarios similares. La historia de nuestro país tiene antecedentes con La Conquista, donde se presentaron las primeras evidencias de un contagio masivo de virus provenientes de Europa. Aparentemente La Conquista fue realizada por trescientos españoles y sus animales, que en realidad traían millones de “aliados”, compuestos por todo tipo de microorganismos, los cuales fueron capaces de provocar enfermedades infecciosas que abatieron la población del México central, de 25 millones en 1519 a un millón en 1605.  Así que de caer en contagio, lo mejor es exigir aislamiento voluntario.

Fase 4: Transmisión sostenida: aun cuando los laboratorios clínicos continúen experimentando para la eliminación de nuevas enfermedades y vacunas, la propagación de enfermedades seguirá siendo una agenda por reducir la mortandad, no aumentarla. Dígale a su hipocondriaco que falta mucho por aprender en esta época de alarmas y conspiraciones. Que su conmoción y paranoia fortalezcan su estabilidad. Recuérdele, si la tormenta estremece, también en ella habita un mensaje. Deje que la tormenta hable, como decía Aldous Huxley: “la tormenta no comunica con furia, sino lo hace con sentimiento, como una idea de supervivencia a lo estremecedora que puede ser la Naturaleza”.

Por último, querido hipocondriaco, no olvide pagar sus recibos. Salde sus tandas y a la señora de la tiendita no la dejes desamparada, existen las transferencias electrónicas. Sostenga su empatía, recuerde que todos vamos a escalar hacia el cerro de la responsabilidad social, para fortalecer la supervivencia de un mundo nuevo que nos desafía.

Néstor Adame. Docente y narrador (Monclova, Coahuila, 1984) Licenciado en Letras Españolas por la UAdeC y Maestro en Filosofía e Historia de las Ideas por la UAZ. Ha publicado ensayo en las revistas La Humildad Premiada y FILHA.  Forma parte de las antologías Mínima (IMCS, 2018) y De Cierto Norte (Instituto Zacatecano de Cultura). Puntos ciegos (Editorial Pape, 2014) es su único libro de cuentos. Fue reportero esta casa editorial y en el semanario independiente Contraluz de Zacatecas. Actualmente se desempeña como docente en el Colegio María Montessori de Monclova y Director Editorial del periódico Contraluz.