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343

No me he de llevar ninguna

cosa, pues ninguna traje:

mi poder y mi fortuna

se cifran en el lenguaje.

 

 

344

 

No privatizo el lenguaje,

mas bien soy como su banco,

ya que es de quien lo trabaje

sobre la página en blanco.

 

 

345

 

La misteriosa rutina

me revela que el saber

es dejar de acontecer

con la tarde que declina.

 

 

346

 

Dejad que el sonido acuñe

de este átomo y monolito:

en la penumbra, cuál gruñe,

como un mastín, el mosquito.

 

 

347

 

Si entonces, a fin de cuentas

la verdad es negociable,

enloquecerá el contable,

nunca casarán sus cuentas.

 

 

 

348

 

Pues lo que le sorbe el seso

no es un libro, es el amor,

el Casino ofrece sexo

al Quijote apostador.

 

 

349


Las mujeres no se hojean

en los archivos, no viven

en cuantos libros escriben

poetas que las desean.

 

 

350

 

Organizas el azar

mediante el metro y la rima;

atento, el lector estima

cuánto le das a ganar.

 

351

 

Pues de tanto releer

has empezado a escribir,

podrás un día predecir

lo que el eco ha de traer.

 

352

 

Quijano en su biblioteca

 erótica merodea:

el mujerío lo rodea,

tanto lee, tanto peca.

 

(26 de octubre)