303: La Masacre en Torreón

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303: La Masacre en Torreón

13, 14 y 15 de mayo de 1911. Torreón -niña de 4 años de edad como ciudad- está teñida de sangre, mientras su tierno rostro preguntaba ¿por qué?: 303 torreonenses de origen chino eran masacrados esos días por “las fuerzas revolucionarias a las que se sumaron muchos laguneros que compartían su odio y sed de exterminio”.

¿Qué provocó esa situación? El resentimiento entre la población -y de manera particular, entre los migrantes de origen europeo, por el éxito económico y comercial de la comunidad china; su aislamiento cultural del resto de los migrantEs y los discursos nacionalistas que fomentaban la xenofobia y el racismo contra dicha comunidad.

Algunos torreonenses, sin embargo, “en medio de la vorágine violenta y el discurso de odio, permanecieron de pie y arriesgaron su propia vida para rescatar de manera heroica las vidas de muchos chinos de origen torreonense”: entre otros, estuvieron José Cadena, Cristino Hernández y Manuel Cháirez Santacruz.

Este último escondió “en su casa a Juan y José Lee Chan por varios dias”. Entre la zozobra de la persecución “surgió un romance, entre Juan y María Ignacia, hija única de Manuel Cháirez”. Juan regresó a China en 1911. Pero volvió a Torreón en 1913 -arriesgando su vida, por amor- con familiares y amigos chinos, entre los cuales venían Enrique Cuan Fat, Emilio Yee, Miguel Cuan, Alejandro Chang y Francisco Cuan.

Juan se casó con María Ignacia el 12 de diciembre de 1915 en la iglesia de Guadalupe y tuvieron 8 hijos. Sin embargo, ambos fueron forzados a dejar Torreón y deambular por distintas partes del país para huir de las agresiones racistas y xenofóbicas en su contra, El víacrucis de la familia Lee Cháirez termina en 1951, cuando regresan a Torreón para establecerse de manera permanente. Y cerrar un difícil ciclo de persecución en la tierra donde germinó su amor por primera vez.

Los siguientes datos históricos confirman la instalación del “racismo, la intolerancia y la xenofobia como política pública” en Torreón y en el país de 1911 a 1951.

De 1911 a 1919, 814 chinos murieron de forma violenta por soldados o civiles en México.

En 1922, Álvaro Obregón deportó a 300 chinos -incluidos sus cónyuges de origen mexicano, en algunos casos, y les confiscó sus bienes.

En 1922, el Consulado chino cerró sus puertas en México.

En 1926, el Comité anti chino fue fundado en Torreón.

En 1930, el 70% de los chinos en México fue deportado.

En 1934, guardias y milicias ubicados en la entrada de comercios chinos en Torreón, impidieron la entrada de los clientes.

En 1940, 206 chinos habitaban Torreón, de 800 o más, que vivían ahí 30 años antes.

Muchos chinos repatriados regresaron a México después de 1945, al finalizar la 2a guerra mundial.

La 62 Legislatura de Coahuila rescató el pasado 21 de mayo en Torreón, Coahuila, ese fragmento doloroso de su memoria histórica para rendir un homenaje a los 303 torreonenses de origen chino masacrados los días 13, 14 y 15 de Mayo de 1911 y, a los torreonenses que “ defendieron (a los sobrevivientes chinos) de manera valiente y heroica”.

Con ese acto, la 62 Legislatura, liderada por Eduardo Olmos, da vida al proverbio chino que reza: “de las nubes más negras, cae un agua que es limpia y fecunda”, para afirmar la permanente necesidad de “trabajar para consolidar los valores y el sustento jurídico que asegure el total respeto a la vida, las garantías individuales y los derechos humanos de cada persona que habite en Coahuila”.

La masacre -negra noche de nuestra historia en 1911- germina ahora -limpia y fecunda- en 2021, para afirmar una verdad:  “el tiempo discurre como el río: no vuelve; pero al paso de los años se conoce el verdadero corazón del hombre...” imperfecto siempre, pero ávido por defender su mejor versión desde la dignidad, la justicia y la igualdad.

Enhorabuena, por la 62 Legislatura.