21/10/2015 (El temible Biff)

Usted está aquí

21/10/2015 (El temible Biff)

A las generaciones venideras que lean esto:

Escribo estas líneas, en algún lugar del mundo, el 21 de octubre de 2015, fecha que ha sido designada, por la ciencia ficción y la aclamación popular, como el primer día de El Futuro.

Así es, hoy da inicio esa prodigiosa aunque ambigua y hasta hace no mucho indeterminada Era, en la que los sueños tecnológicos estarían al servicio de nuestro hedonismo utópico: El Futuro.

Todos conocemos, no digamos las líneas generales del intrincado argumento, sino hasta los detalles más insignificantes de toda la saga de Back to the Future (I, II y II).

En una de las películas más amadas por los come palomitas, la primera entrega de esta serie fílmica, conocimos a sus entrañables personajes: Marty, el Doc Brown, George, Lorraine y por supuesto, su antagonista, el troglodita Biff Tannen.

Cuando el improbable héroe y accidental viajero en el tiempo, Marty McFly, altera el pasado, desencadena una cascada de acontecimientos que como última consecuencia beneficia feliz y afortunadamente a su futuro y el de toda su familia. El villano, despojado de su arrogancia, termina reducido a ser un simplón servil y pusilánime.

Pero es la segunda parte la que hoy nos ocupa, en razón de que octubre 21 de 2015 es la fecha “futura” en la que McFly intentaría en una nueva misión componer las cosas para su (nuevamente “futura”) descendencia.
Un ya anciano Biff, aprovecha esta nueva fractura en el tiempo para colarse hacia el pasado remoto y recomponer todo el orden de la realidad otra vez en su favor.

Pero esta vez los cambios al presente en la línea temporal de esta ficción no son para nada sutiles ajustes. El mundo se ha convertido en una auténtica distopía. Hay caos, violencia y hasta muerte; el crimen prospera en las calles pero también como crimen organizado. La gente buena es eliminada o vive bajo el yugo del tirano en la cúspide: sí, exacto, el temible Biff Tannen.

Tannen es ahora un cacique de primer orden. De ser un delincuente adolescente menor, con su vocación para la maldad potenciada por el poder que otorga el dinero (y por el dinero que otorga el poder en ese eterno círculo vicioso), está ahora convertido en un auténtico padrino, un jefe mafioso de mala entraña y peores gustos.

Biff manda en una bola de secuaces de poca monta, pero también en la policía y el gobierno. A los que le estorban los compra, a los que no puede comprar los doblega, y a los que no puede doblegar simplemente los desaparece.

Su influencia en la sociedad es nefasta. La decadencia material y moral es más que evidente, resulta letalmente peligrosa.

El simiesco Biff tiene de todo (o cree tenerlo). Posee riqueza (aunque por supuesto carece de cultura, gusto, educación o propósito para gastarla); todo lo derrocha en lujos chocarreros, excesos estridentes y un patético culto a la personalidad; tiene a la esposa de sus sueños (Lorraine), pero no tiene de ella su amor ni su respeto; cuenta con la fidelidad de sus secuaces, pero obviamente no es sino lealtad a la paga y ese instinto de supervivencia que le dicta al cobarde allegarse lo más posible, aunque sea como lacayo, al jefe de la horda.

Ese es Biff Tannen, un personaje despreciable que encarna toda la corrupción humana y la explosiva química que hace cuando se mezcla con el dinero y el poder.

Un mundo caótico, violento, empobrecido regido por un auténtico tirano de caricatura. ¡Carajo! El error que cometimos en el pasado ya sé cual fue, lo difícil será regresar a corregirlo para enmendar el catastrófico presente.

A todos mis amigos, lectores y comunidad virtual: ¡Feliz 21/10/2015! ¡Feliz arribo al futuro!

petatiux@hotmail.com 
facebook.com/enrique.abasolo