Las autoridades electorales y los participantes en el proceso que desembocará en el próximo 4 de junio no se equivocan al señalar que las elecciones del año que hoy comienza, serán históricas. 

Por cualquier lado que se le vea, los comicios que se llevarán a cabo en Coahuila tendrán condiciones singulares que hacen suponer que serán únicos en la historia del Estado. 

Comenzando con las nuevas reglas electorales que se han establecido. En ese engranaje legal hay que ponderar el debut del  Instituto Electoral de Coahuila, como árbitro de la contienda.

Otro punto a destacar –y que ya lo hemos reseñado en este espacio- es que por primera vez, los aspirantes a la Gubernatura estarán obligados a participar en al menos dos debates; algo inédito para la vida democrática en ciernes del Estado. 

Asimismo, por primera vez habrá una participación de candidatos independientes en una cuantía considerable. 

En ese tenor, la visión que han dado no pocos analistas sobre la posibilidad de que haya alternancia en el Gobierno del Estado o por lo menos que la elección se torne mucho más reñida que las anteriores que han quedado muy abiertas para el PRI. 

Además del juego propiamente electoral, también habrá que ponderar condiciones que en el escenario nacional marcarán la agenda. 

¿Qué plantearán los aspirantes ante la muy posible situación compleja en materia económica en el País?, ¿cómo convencer a la sociedad que ellos tienen soluciones para aminorar la pesada carga  de una economía familiar deteriorada?, ¿cómo persuadir a los empresarios que pese a una situación en cuesta, se pueden seguir generando inversiones en el Estado?

El 2017 podrá catalogarse como un año de definiciones. Y es allí donde los coahuilenses están obligados moralmente -como parte de una sociedad- a ser un factor de definición a través de las urnas y el seguimiento puntual de lo que se haga o deje de hacer en la vida pública. 

En 2016, la sociedad logró tener avances considerables como factor de incidencia en la vida pública del país. 

Por ejemplo, la introducción de la Ley 3de3 de manera obligatoria, es un apartado que se debe aquilatar ante el involucramiento de la población en un tópico que en antaño se le dejaba únicamente a la clase política.

Y es que, como dice el cantautor español Joaquín Sabina, la política no puede olvidar a la gente, ya que ésta es lo más político que hay.

Otro ingrediente que hace especial esta contienda electoral es la vorágine de información que se estará generando. Tenemos el ejemplo de Estados Unidos, donde la generación de contenidos falsos a través de las redes sociales, generó una distorsión de la realidad lo que, sin duda, impactó en los resultados que se tuvieron con la victoria de Donald Trump. 

En esa tesitura, la sociedad deberá tener filtros más potentes, y los medios deberemos tener mayor cuidado al momento de definir qué contenidos consumir y publicar, respectivamente. 

No por nada, la palabra del año –según la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia noticiosa EFE y la banca BBVA- que acaba de concluir fue una: Populismo. 

En medio de esta situación, de parte de todo el equipo de Domingo Opinión y VANGUARDIA no nos queda más que desearle: Feliz 2017. 
Seamos parte de este año de definiciones.