Erriyon Knighton, con 17 años el más joven en el equipo olímpico de Estados Unidos desde hace 57, demostró un aplomo impropio de su edad al ganar la primera semifinal de 200, mirando tranquilo a un lado y a otro, en 20.02 segundos.

Antiguo jugador de fútbol americano, Knighton es el nuevo prodigio de la velocidad estadounidense, adiestrado por Jonathan Terry en tandas de solo cuatro días por semana.

Al practicar atletismo su único propósito era ganar velocidad para ser mejor jugador de fútbol americano, pero el rey de los deportes le ha atrapado ante la sucesión de grandes marcas, que van mejorando las del legendario Usain Bolt a su edad.

Ha rechazado ya varias ofertas para regresar a su antiguo deporte y optó por hacerse un profesional del atletismo.

A primeros de junio su nombre saltó a la escena internacional al batir en Jacksonville el récord mundial sub-18 de los 200 metros con un crono de 20.11 que rebajaba en dos centésimas la anterior plusmarca, en poder de Bolt.

Aquel día Knighton derrotó a dos consagrados: Trayvon Bromell, el más rápido del mundo este año en 100 metros, que hizo 20.20, y al británico Zharnel Hughes, campeón de Europa del hectómetro en 2018.

"Conozco mi potencial. Veo la grandeza en mí cada vez que veo mi reflejo", escribió en las redes sociales.

Su crono ganador de la primera semifinal en los Juegos de Tokio es el sexto entre los ocho finalistas, pero es que lo obtuvo levantando el pie a 20 metros de la meta, vigilando que sus rivales no llegaran a su altura por ningún flanco.

Este miércoles, en la carrera de cierre del programa, Knighton, a sus 17 años, se batirá por las medallas del 200 con su compatriota Noah Lyles, campeón mundial, o el canadiense Andre de Grasse, subcampeón olímpico de 100.