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Iglesia sale al rescate de la crisis que hay en Aguililla
AGUILILLA, MICH.- A causa del cerco que le imponen los cárteles de droga en Aguililla, ya empieza a padecer una grave crisis humanitaria, la cual se refleja en una fuerte hambruna y en falta de medicamentos, por lo que miles de sus pobladores abandonan sus comunidades y piden asilo en Estados Unidos.
Por lo pronto la diócesis de Apatzingán, a la que pertenece Aguililla, comienza a apoyar a la población mediante el envío de víveres y medicinas, utilizando incluso un “puente aéreo” con helicóptero para evitar a los grupos criminales que tienen tomado el principal acceso terrestre al municipio.
El sacerdote y luchador social, Gregorio López Gerónimo, mejor conocido como el “Padre Goyo”, quien coordina el envío de víveres desde el albergue “El Buen Samaritano”, de Apatzingán, asegura estar muy preocupado.
“La consigna de los grupos criminales es ‘Aguililla debe morirse de hambre’. Y en efecto, ya sometieron a una gran hambruna a los pobladores del municipipo. Ahí no llegan ni los apoyos gubernamentales. Mientras que el Ejército, concentrado en la 43 Zona Militar, no hace nada absolutamente. Hay un Estado fallido y una crisis humanitaria”.
A principios de este mes, prosigue el “Padre Goyo”, este albergue eclesiástico, apoyado por una “red de personas de buena voluntad”, comenzó a enviar víveres y medicinas a los desesperados pobladores de Aguililla abandonados a su suerte.
De nada sirvieron los encuentros del obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, con distintos funcionarios federales a fin de que se resolviera el problema.
“El pueblo está siendo estrangulado; quiero ver acciones del gobierno federal”, ha insistido el obispo ante los medios.
“Desde principios de julio hemos enviado en total 12 toneladas de víveres a los habitantes de Aguililla. Y como van las cosas, ésta será una crisis que va prolongarse y puede extenderse a otros municipios, como el de Buenavista”, aseguró el “Padre Goyo”.
Señala que la carretera que corre de Apatzingán a Aguililla, de unos 80 kilómetros, ha estado tomada por el CJNG y por los sicarios de Cárteles Unidos, los dos principales grupos criminales que se disputan la zona y no permiten el paso de mercancías por esa vía, hoy bloqueada con zanjas por narcotraficantes.
Y respecto a la recolección de víveres y medicamentos, indica que “El Buen Samaritano”: “está recurriendo antes que nada a la buena voluntad de los propios michoacanos”, por lo que ya abrió ocho centros de acopio en seis ciudades del estado: Morelia, Uruapan, Zamora, Tancíntaro, Los Reyes y finalmente Apatzingán, donde se concentran estos apoyos.
Tan fuerte está golpeando la hambruna, asegura el “Padre Goyo”, que ya “es urgente abrir una cuenta y darla a conocer en redes. Nos facilitaría mucho las cosas para recibir apoyos económicos de distintas partes”. Con información de Proceso