A principios de esta semana dio la nota en lo relacionado a los deportes la salida del closet declarando su homosexualidad el jugador de futbol americano Carl Nassib del equipo Raiders de Las Vegas.

Siendo el primer jugador en activo en hacerlo dentro de la NFL se valió de las redes sociales para dar esa declaración desde su casa en West Chester, Pennsylvania, en la que mencionó que aunque llevaba tiempo pensando en hacerlo, y que desde hace 15 años tiene esta orientación sexual, no pudo esperar más sobre todo considerando que la representatividad y la visibilidad importan, y es por ello que a su anuncio acompañó la noticia de que estaba donando 100 mil dólares al Proyecto Trevor, una organización dedicada a la prevención del suicidio e intervención en las crisis de los jóvenes de la comunidad LGBTIQ ya que le entristece el riesgo latente de suicidio que hay entre ellos.

Esto viene a colación con el par de recomendaciones de dos películas que pueden encontrarse en la programación de la plataforma de Netflix que son de manufactura argentina y cuyas temáticas están relacionadas a la diversidad sexual que se festeja en estos días como parte del Mes del Orgullo Gay.

La primera de ellas se titula “Yo, adolescente” e inicia a finales del mes de diciembre del año 2004 en Buenos Aires, Argentina, la noche que ocurre la tragedia del incendio del bar Cromañón cuyo suceso se habla en la serie de rock de la misma plataforma “Rompan todo: La Historia del Rock en Latinoamérica” (Picky Talarico, 2020), pero en cuya ficción un adolescente llamado Pol (Tomás Agüero) se suicida, afectando a la mayoría de sus compañeros de la prepa a la que asisten particularmente a su mejor amigo Zabo (Renato Quattordio), quien busca escapar de alguna manera a ese recuerdo ahora sí que en medio de fiestas, drogas y rock and roll al tiempo que descarga todas estas vivencias y sentimientos en un blog titulado precisamente “Yo, adolescente”.

Sin embargo, cuando parece ya haber salido de ese letargo emocional, cuando se confiesa enamorado de una compañera con otro de sus amigos cercanos Tomás (Tomas Lepera) y este le sugiere haga una especie de “lista de super” para comprobar que esa chica cumpla con los requisitos para ser el amor que busca, esos requisitos los parece cumplir más bien otro compañero de su mismo sexo.

Por otro lado, producida por Lucas Santa Ana, guionista y director de “Yo, adolescente”, “El cazador” es un filme dirigido por Marco Berger que cuenta la historia de otro adolescente de 15 años de edad de nombre Ezequiel (Juan Pablo Cestaro), quien ahora sí que en medio de la “edad de la punzada” por sentir atracción hacia los hombres y no las mujeres, aprovecha que se queda solo en casa por un mes al salir sus padres de viaje a Europa para invitar a su casa a Mono (Lautaro Rodríguez), otro adolescente al que conoce en el patinadero de un parque cercano a su casa pero quien aunque inicialmente parece disfrutar del sexo y la intimidad que Ezequiel buscaba resulta estar involucrado en una red de extorsión que hace que el secreto que tan celosamente guardaba salga a la luz de la peor manera posible.  

Volviendo al comentario inicial sobre la salida del closet del jugador Carl Nassib, estos dos filmes exponen en ambas historias problemáticas similares a las que se enfrentan adolescentes de la comunidad LGBTIQ a nivel global y el por qué es necesario su representación, visibilidad y atención.  

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