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El INE, plataformas digitales y Monreal
La elección intermedia del pasado 6 de junio arrojó, aparentemente, varios ganadores. Como viene siendo costumbre, los punteros para casi cualquier cargo de elección popular, suelen declararse triunfadores cuando el reloj apenas da las seis de la tarde.
¿Esperar los resultados oficiales les arrebatará el triunfo? Evidentemente no, pero esta práctica tiene mucho de efectismo mediático, de emoción visceral y de sorda desconfianza en las instituciones. Rehuir estas prácticas les ahorraría el bochorno y las molestias de retractarse y reconocer la realidad de los votos contabilizados. Como siempre hubo muchos ganadores, muchísimos perdedores, la vida sigue.
Más allá del hueco debate entre ganadores y perdedores, quienes sí pueden declararse vencedores, fuera de toda duda, son tres: el Instituto Nacional Electoral, las plataformas digitales que dieron seguimiento al proceso y, aunque disguste a muchos dentro y fuera de Morena, el senador Ricardo Monreal.
El INE y su presidente se fortalecen. “Lo que no mata, fortalece”, aplica al caso. Fue enorme la ofensiva para desacreditar al Instituto, desde el Presidente de la República, pasando por las luchas intestinas de poder en los Estados y por los enfrentamientos en miles de municipios.
Tal parece que en México sigue dictando su ley un gen centralista, algo de lo perdido en la federalización de las elecciones después de la alternancia democrática, pudo recuperarse. Esa federalización fracasó porque cooptaron el proceso los poderosos y corruptos gobernadores que dieron al traste con ese experimento democrático.
Tal parece que estamos empezando a manejar el arte de votar y contar los votos. Los incidentes que se presentaron, van a la baja y existe consenso en torno a la ruta jurídica que norma los comicios. El INE resistió la embestida y salió airoso, no existe ya poder que lo derroque. Sin mayoría calificada, AMLO y compañía pueden hacer muy poco para desmantelarlo.
Mención de honor merecen las decenas de miles de ciudadanos que, a lo largo y ancho del territorio nacional, dieron su día y su esfuerzo por la nación.
Ganaron también las plataformas digitales. Me refiero a los muchos canales y programas de noticias y debate político que se transmiten a través de las redes sociales. No menciono a ninguno en particular, la oferta es amplia y variada, algunas son serias, otras no tanto.
Va quedando atrás el monopolio de la televisión y el desmedido poder que solían ejercer sobre el Gobierno y los partidos políticos. Yo, por poner un ejemplo, sólo por excepción veo o escucho noticias en una teledifusora y cuando así lo hago, es a través de las redes. En materia de contenidos, el duopolio se desploma en caída libre. Tal parece que sólo el Presidente los sostiene, reitera así su apuesta por el pasado.
El tercer ganador del domingo es Ricardo Monreal, senador de la República y tirador del 2024. El desplome de Claudia Sheinbaum en Ciudad de México, el derrumbe en la Línea 12 del Metro y los ahí fallecidos que, mientras vivan, habrán de perseguir a Claudia y a Marcelo, debilitan a dos de los principales tiradores al 2024.
Los descalabros de unos, son ventajas para otros. Monreal es un animal político en toda la extensión de la palabra. Su hermano David por fin será gobernador de Zacatecas, el grupo parlamentario de Morena en el Senado que lidera Monreal, aportó 5 gobernadores en doce estados que conquistó Morena. La cepa profunda de Monreal es priista, ello lo capacita y permite cerrar pactos en todas direcciones sin pudor ni recato. Bien sabemos que para Monreal el asunto es conquistar el poder por el poder mismo. Hasta ahora no le han sacado “sus trapitos al sol”, desde el Legislativo muy poco daño puede autoinfligirse. Con una oposición débil, un partido oficial con Presidente fuerte y una caballada flaca, Monreal tiene la vista puesta en 2024, sea o no abanderado por el Presidente y su partido.
@chuyramirezr
Regresando a las Fuentes
Jesús Ramírez Rangel