El domingo pasado seis personas fueron baleadas en un puesto de comida ambulante sobre la avenida principal del fraccionamiento Villas de Guadalupe, en las afueras de la ciudad de Zacatecas. Tres murieron en el lugar, dos más, mientras recibían atención médica en un hospital.

Este no es el única caso pues una nueva ola de violencia criminal se vivió el pasado fin de semana, donde 20 personas fueron asesinadas, por presuntos integrantes de la delincuencia organizada, en distintos hechos.

El caso más grave se produjo en un predio ubicado entre las comunidades de San Tiburcio, municipio de Mazapil, Zacatecas, y Vanegas, San Luis Potosí, donde fueron acribilladas nueve personas.

Aparte, dos hombres fueron asesinados en la comunidad de Toribio, municipio de Calera; tres más en Fresnillo; uno en Valparaíso.

En Zacatecas (al centro norte de México), el CJNG contiende con el Cártel de Sinaloa. Se trata de una guerra especialmente violenta por el control de las drogas. 

En menos de un año, la entidad se convirtió en un verdadero polvorín, pasando de los 39 asesinatos registrados en enero del 2020 a los 108, que se contabilizaron en el mismo periodo de este 2021. Según los números, se trata del peor inicio de año desde 2015.

La tragedia visitó Zacatecas hace seis años, cuando el Ejército avisó sobre el desplazamiento de células del CJNG en los límites entre Jalisco y Zacatecas. Poco después, en la ciudad de Nochistlán (Zacatecas) se encontró un laboratorio de crystal presuntamente del cártel de las cuatro letras. Desde luego, no tardaron en suscitarse enfrentamientos con gatilleros de los Zetas y el Cártel del Golfo, quienes entonces dominaban la zona.

48 meses después, la organización de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho se impuso y desplazó a los grupos criminales de la región. Según advierten los expertos, estableció un control mediante la cooptación de policías estatales y municipales.